El ministro de Patrimonio de Israel, el ultraderechista y ultraortodoxo Amichai Eliyahu, ha provocado una ola de condena y rechazo internacional al afirmar que el lanzamiento de una bomba nuclear sobre la Franja de Gaza es «una de las opciones» que contempla el Gobierno israelí en su guerra contra el grupo islamista Hamás.
Las declaraciones de Eliyahu, que pertenece al partido Poder Judío, el más extremista del Ejecutivo de Benjamin Netanyahu, se produjeron el domingo en una entrevista con la radio ortodoxa Kol Berama, en la que el ministro defendió el uso de la fuerza máxima contra los palestinos de Gaza, donde el Ejército israelí lleva a cabo una ofensiva militar desde el pasado 7 de octubre que ha causado casi 9.500 muertos, la mayoría niños y mujeres, y más de 24.000 heridos.
Eliyahu, que no forma parte del gabinete de emergencia creado para la toma de decisiones sobre las operaciones militares en Gaza, respondió así a la pregunta de un oyente que le planteó si se debería lanzar una bomba atómica en el enclave palestino: «Esa es una de las posibilidades». Cuando el periodista le señaló que el uso de la bomba atómica implicaría un alto precio para Israel, Eliyahu dio a entender que estaba dispuesto a poner en peligro la vida de los más de 240 israelíes secuestrados por Hamás en Gaza, así como la de los dos millones de habitantes del territorio, sometidos a un bloqueo inhumano desde hace años.
El ministro ultra también se mostró partidario de la anexión del territorio de Gaza para construir asentamientos y de negar la ayuda humanitaria a la población en el enclave palestino. «No existen civiles que no estén involucrados», aseveró.
Eliyahu ya encendió la polémica hace menos de tres días tras publicar un comentario en su perfil de Facebook en el que calificaba como «deleite para los ojos» los bombardeos israelíes sobre Gaza y las operaciones militares en Cisjordania.
🇮🇱🇵🇸 Ministro de Patrimonio de Israel, Amichai Eliyahu: «El norte de la Franja, más bonito que nunca. Bombardeando y arrasando todo, simplemente un regalo para los ojos… el día después… repartiremos parcelas a todos los que lucharon por Gaza a lo largo de los años». pic.twitter.com/6PKN7OaBnv
— Descifrando la Guerra (@descifraguerra) November 2, 2023
Indignación internacional
Las palabras de Eliyahu, que han sido calificadas de «irresponsables», «inmorales» y «criminales» por diversas organizaciones de derechos humanos, políticas y religiosas, han generado una fuerte reacción tanto dentro como fuera de Israel. El propio primer ministro Netanyahu se ha visto obligado a desautorizar a su ministro y a suspenderlo de forma indefinida de las próximas reuniones del Gobierno, aunque sin destituirlo de su cargo.
Netanyahu ha afirmado que las declaraciones de Eliyahu «no se corresponden con la realidad» y que Israel y las Fuerzas de Defensa «están operando de acuerdo con los más altos estándares del Derecho Internacional para evitar dañar a inocentes», una afirmación que contrasta con las denuncias de múltiples violaciones de los derechos humanos cometidas por Israel en Gaza, documentadas por la ONU y otras entidades.
El líder de la oposición israelí, Yair Lapid, ha pedido la dimisión de Eliyahu, afirmando que con sus palabras «ha perjudicado a las familias de los secuestrados», así como «a la sociedad civil» y al «estatus internacional» de Israel. Lapid ha acusado a Netanyahu de «tolerar el extremismo» en su Gobierno y de «poner en riesgo la seguridad y la imagen» del país.
La comunidad internacional también ha expresado su repulsa y su preocupación por las amenazas nucleares de Eliyahu, que ponen en evidencia la existencia de un arsenal atómico en Israel, que nunca ha admitido ni negado tener armas nucleares, pero que se estima que posee cientos de ellas. Israel es el único país del mundo que no reconoce abiertamente su condición de Estado nuclear y que no ha firmado el Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP).
El secretario general de la ONU, António Guterres, ha condenado «en los términos más enérgicos» las declaraciones de Eliyahu y ha instado a Israel a «respetar el Derecho Internacional Humanitario y a abstenerse de cualquier acción que pueda escalar aún más el conflicto y el sufrimiento de la población civil en Gaza». Guterres ha reiterado su llamamiento a un «alto el fuego inmediato y sin condiciones» entre Israel y Hamás, y ha ofrecido su mediación para lograr una solución pacífica y duradera al conflicto.
La Unión Europea, por su parte, ha calificado de «inaceptables» y «contrarias al espíritu de paz» las palabras de Eliyahu, y ha recordado a Israel su «responsabilidad de proteger a la población civil y de evitar el uso desproporcionado o indiscriminado de la fuerza». La UE ha reafirmado su apoyo a una solución de dos Estados, basada en las fronteras de 1967 y con Jerusalén como capital compartida, como la única vía para poner fin al conflicto.
Varios países árabes, como Egipto, Jordania, Arabia Saudí y Qatar, han expresado su indignación y su rechazo a las amenazas nucleares de Eliyahu, y han exigido a Israel que cese sus ataques contra Gaza y que libere a los presos palestinos. Estos países han denunciado que las declaraciones del ministro israelí «demuestran la penetración del extremismo» en el Gobierno hebreo y «ponen en peligro la estabilidad y la seguridad de la región». Asimismo, han reiterado su solidaridad con el pueblo palestino y su derecho a la autodeterminación y a la creación de un Estado independiente y soberano.
Las organizaciones palestinas, tanto las que gobiernan en Gaza (Hamás) como las que lo hacen en Cisjordania (Al Fatah), han condenado las declaraciones de Eliyahu como un «acto de terrorismo de Estado» y una «declaración de guerra». Han advertido a Israel de que «pagará un alto precio» si intenta usar armas nucleares contra Gaza, y han llamado a la comunidad internacional a «intervenir de forma urgente» para detener la «agresión israelí» y para «imponer sanciones» al Estado judío por sus «crímenes de guerra y de lesa humanidad» cometidos contra el pueblo palestino.
Las declaraciones de Eliyahu, que han traspasado todos los límites de la ética y la legalidad, han puesto de manifiesto la peligrosidad y la irracionalidad de un Gobierno israelí que no duda en recurrir a la violencia más extrema para imponer su ocupación y su apartheid sobre los palestinos. Ante esta situación, es imprescindible que la comunidad internacional actúe con firmeza y responsabilidad para frenar la escalada de violencia y para garantizar el respeto a los derechos humanos y a la legalidad internacional en Oriente Medio.