Un nuevo incendio en una discoteca de la zona de Atalayas hacía saltar todas las alarmas de madrugada, cuando aún está vivo el recuerdo de la tragedia que segó la existencia de trece personas el 1 octubre. Esta vez, el fuego se originó en un cuadro eléctrico del local Nocturno, que casualmente está enfrente de la tristemente conocida Teatre.
Ocurría sobre las dos de la mañana. Al lugar se movilizaron numerosas patrullas de Policía Local, para desalojar el establecimiento de ocio y cortar la calle, así como efectivos de los Bomberos, alertados por los agentes, para sofocar el incendio.
En concreto, se desplazaron cinco vehículos con quince efectivos, que tardaron alrededor de una hora y media en sofocar las llamas, apuntan fuentes del cuerpo.
Tal y como explicaron las mismas fuentes, el cuadro de luces que empezó a arder se encontraba en una de las paredes exteriores del local. Salían muchas chispas y mucho humo del citado cuadro eléctrico.
Se alertó a técnicos de Iberdrola, para que se personasen en el lugar y controlasen que no había problema y si había que proceder a un corte de suministro.
Afortunadamente, el incidente se saldó sin daños personales.
Pasada una hora y media y realizadas todas las comprobaciones oportunas por los técnicos se volvió a reactivar la actividad del local sobre las cuatro menos cuarto de la mañana.
El caso del fuego en las discotecas de Atalayas está judicializado, aunque la jueza de instrucción levantaba el secreto del sumario hace apenas unos días. A falta de que los profesionales de la Policía Científica desplazados a Murcia desde Madrid elaboren su informe definitivo, la principal hipótesis que está sobre la mesa es que entonces lo que causó el fuego fue una bengala de fuego frío, no un cortocircuito, como en el reciente episodio del Nocturno.
El Grupo de Homicidios de la Policía Nacional ya tomó en su momento declaración a testigos y no descarta comenzar a citar en unos días a posibles investigados.