La desquiciante negociación entre PSOE y Junts, frustrada de manera inesperada cuando todo estaba listo para anunciar un doble acuerdo con los partidos independentistas, ha sembrado dudas sobre la investidura de Pedro Sánchez. En la cúpula del PP, sin embargo, siguen dando por hecho que saldrá adelante. Alberto Núñez Feijóo cree que la negativa de Carles Puigdemont es más “escenificación” que realidad, aunque asume que el protagonismo de ERC en los últimos días, sacando pecho de importantes concesiones a cambio de su apoyo, ha complicado las cosas. De hecho, este último giro del ‘expresident’, dicen en la cúpula conservadora, confirma que “va a ser un calvario de legislatura”.
En Génova siempre han considerado que el ciclo que empezará será convulso y con enormes momentos de tensión. Primero, por las citas electorales en Euskadi y Cataluña. Pero, sobre todo, por la rivalidad tan fuerte que mantienen algunos de los socios de Sánchez, especialmente los catalanes. Y aunque están convencidos de que habrá un freno en la actividad legislativa del Gobierno para evitar esos choques que dificultarán sacar adelante las leyes, en el PP creen que el escenario de ingobernabilidad se hará evidente.
Los principales dirigentes evitan hablar de si vendrá una legislatura corta o larga, sobre todo porque entienden que Sánchez se agarrará a los Presupuestos Generales que quiere atar con la investidura. También en la pasada legislatura parecía imposible que el socialista aprobara unas cuentas cada año y lo fue haciendo.
En todo caso, la evidencia de que Puigdemont es un actor político imprevisible y la demostración de fuerza que ha hecho en las últimas horas dejando en el aire el sí a Sánchez, da alas a un PP que ansía la repetición electoral y que estará pendiente de los momentos de mayor debilidad para Sánchez aunque resulte investido.
«No cometer errores»
El acuerdo entre PSOE y ERC, que contiene una condonación de deuda parcial de la Generalitat con el Estado (más de 16.000 millones de euros), traspaso de competencias de Rodalies (Cercanías en Cataluña), además de la futura ley de amnistía (los detalles se desconocen a la espera de Junts) y una nueva mesa de diálogo con un “verificador de reconocido prestigio”, ha elevado la presión social en la calle de los que se oponen a Sánchez. En la dirección nacional del PP comparten esa reflexión y no esconden su preocupación ante “la creciente crispación” que se podrá vivir en las próximas semanas.
No solo por las concentraciones a las puertas de la sede del PSOE en la calle Ferraz (el PP no participa en ellas a diferencia de Vox), sino por las nuevas convocatorias de manifestaciones por parte de la sociedad civil y por la “sensación de indignación”, aseguran, que está calando en la sociedad. En el equipo de Feijóo aseguran que estos días “la gente ha asimilado que Sánchez está pagando con el dinero de todos seguir en la presidencia del Gobierno” y que “se están pasando líneas rojas jamás imaginadas”.
Hace días el líder del PP hablaba de estar en el “precipicio constitucional” y este sábado, desde Vitoria durante el congreso del PP vasco, el conservador habló directamente de “corrupción” para volver a la Moncloa.
El PP está analizando “la respuesta jurídica y política” que dará a todos los acuerdos con Sánchez y que, afirman, “va en contra de la igualdad entre españoles”. Hay poca concreción, pero fuentes de la cúpula avanzan que habrá una acción europea concreta, además de las vías que abran en el Congreso y el Senado, y en la justicia. “Usaremos todos los medios institucionales y llegaremos hasta el final”, reiteran en el entorno de Feijóo, dejando claro también que el PP “preservará las instituciones”. El líder de los populares, explican en su núcleo duro, traslyada la idea de que “no se pueden cometer errores”, que añade, “es lo que intentan”.
En un momento de debilidad para el socialista y con el panorama de apoyos tan difícil que afronta, dicen, hay que “evitar las trampas” y que el PP no se mueva de su posición. Esto, continúan, vale en varios sentidos. Primero, apoyando las acciones en la calle que el PP impulsa con mítines los fines de semana en distintas ciudades de España o citas como la del 8-0 en Cataluña o la del próximo sábado 18 en Madrid. “Pero sin pasarse de frenada. Callarnos no, quedarnos quietos, tampoco. Pero en nuestro sitio”, resumen.
Y, por otro lado, dicen en el partido, evitando que se desvíe la atención “de lo importante”. El ejemplo más reciente es la condonación de deuda. El PP es consciente de que se trata de un asunto muy sensible para las comunidades autónomas y, por eso, piden que contengan el debate por ahora y toda la presión siga sobre el PSOE y el alcance que va a tener la amnistía. Después, dicen, vendrá todo lo demás. La posición común es exigir que cualquier decisión que afecte a la financiación de las autonomías se tome en el Consejo de Política Fiscal y Financiera, y también que no haya ninguna bilateralidad con Cataluña como incluye el pacto con los republicanos.