Podemos ha dado el primer paso para emanciparse política y estratégicamente de Sumar. Un 86,59% de la militancia morada ha pedido corregir la hoja de ruta de la última Asamblea Ciudadana —en la que se apostó por Yolanda Díaz como «líder del espacio político»— y reivindicar la autonomía del partido, en horas bajas tras los malos resultados de mayo y su papel discreto en el grupo parlamentario emanado de las elecciones de julio.
El documento político que la formación de Ione Belarra ha elegido para esta nueva etapa tiene un sentido muy claro: no desandar lo andado inmediatamente, sino buscar un nuevo rumbo en el futuro. Dicho de otro modo, Podemos abre el camino para acabar desligándose del resto de Sumar y no volver a presentarse a unas elecciones en coalición a menos que haya garantías de primarias y «sin vetos».
«Podemos tiene que fortalecerse como organización política autónoma. Sólo vamos a participar de acuerdos electorales cuando sea útil y siempre que no se nos falte el respeto», ha señalado Belarra este sábado, sin mencionar en ningún momento ni a Sumar ni a Yolanda Díaz. Sí lo hizo a Irene Montero, también presente, a quien reivindicó «mejor ministra de Igualdad que podíamos haber tenido».
El texto define a Podemos como «una fuerza política autónoma con voz propia», rechaza la doble militancia por «respeto» a las demás fuerzas políticas y asegura que «en ningún caso se disolverá en otro partido», en referencia implícita a Sumar, formación a la que tan solo menciona una vez expresamente en el documento.
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