Las negociaciones para la investidura entre PSOE y Junts continúan prácticamente sin interrupción durante los últimos días. Se desarrollan en Bruselas y al máximo nivel. Con el número tres del PSOE, Santos Cerdán, por un lado, y el expresident, Carles Puigdemont, por otro. En la capital belga se seguían produciendo las conversaciones durante la jornada de este sábado, según ha podido saber El Periódico de España, del Grupo Prensa Ibérica, de fuentes próximas a los interlocutores. El secretario de Organización de los socialistas lleva en Bruselas desde el pasado jueves, cuando se esperaba cerrar un acuerdo que finalmente se pospuso por diferencias entre ambos partidos respecto al texto de la ley de amnistía.
La negociación para obtener el apoyo de los siete diputados posconvergentes se centra ahora en intentar desenredar el nudo que ha aparecido en aspectos del articulado de la ley de amnistía relacionados con su alcance. Para ello se están intensificando los contactos en las últimas horas y el intercambio de documentos es permanente. De hecho, tras posponerse el acuerdo previsto para el jueves, las reuniones se retomaron a primera hora de la mañana siguiente. El intercambio de papeles está siendo supervisado por los equipos jurídicos de los negociadores.
En la reunión de la Mesa del Congreso de este viernes se acordó habilitar a la presidenta del Congreso, Francina Armengol, para fijar la fecha de investidura el día que considere hasta el próximo 27 de noviembre, cuando se disolverían las Cortes si antes no se forma gobierno. Desde el equipo de la presidenta se trasladaba también la posibilidad de convocar el pleno con tan solo un día de antelación, con el precedente de lo que ocurrió en la investidura de Mariano Rajoy en octubre de 2016.
Una de las novedades que han querido dejar clara los socialistas es que no se ponen plazos. El deseo pasa por cerrar un acuerdo cuanto antes, después de encajar la pieza de ERC con un pacto global que mira también a la legislatura, pero despejando la presión de los plazos. La única fecha límite es la del 27 de noviembre, cuando se disolverían automáticamente las Cortes si antes no se forma gobierno.
Tras retomar las negociaciones el viernes y culminar la jornada sin acercar un acuerdo, fuentes socialistas hablaban de avances y se mostraban optimistas por llegar finalmente a un pacto. Eso sí, poniendo en cuarentena los plazos previstos para una investidura que se habían alentado para la próxima semana. Hay tiempo, repiten los socialistas, pero sin con ello aplacar los nervios que se extienden tanto en el partido como entre los aliados con los que ya han firmado acuerdos para la investidura. La repetición electoral sigue siendo tabú y nadie en el PSOE menciona este escenario. Hay optimismo, por tanto, pero se asume que los ritmos los marcará el expresident Carles Puigdemont.
La intención de los socialistas era que se hubiese anunciado la fecha este viernes. Sin embargo, para activar este proceso se necesitaba registrar antes la ley de amnistía, como pago por adelantado a los independentistas. Es por ello que se han enfriado los planes para mirar ya a la semana del 13 de noviembre. De hecho, en la reunión de la Mesa del Congreso de este viernes se acordó habilitar a la presidenta del Congreso para fijar la fecha de investidura el día que considere hasta el próximo 27 de noviembre, cuando se disolverían las Cortes si antes no se forma gobierno.
Sin «prisas» tras el pacto con ERC
El PSOE vuelve a la casilla de salida en lo que a las fechas de investidura se refiere. Hablar solo de la fecha límite para no presionar a sus interlocutores. La idea siempre fue evitar el órdago de establecer un calendario porque, según los negociadores del PSOE, “sería poner una pistola en la cabeza de Junts”. Pero tras dar el paso de alentar la posibilidad de celebrarla la próxima semana, el calendario se ha vuelto a poner en cuarentena. Al albur de que se llegue a un entendimiento con los posconvergentes.
El propio Puigdemont explicó a través de las redes sociales la noche del jueves su razón para enfriar las «prisas» para el acuerdo de investidura: «Siempre hemos dicho que por tratar con el sistema político español todas precauciones son pocas». A través de un mensaje en X, antes Twitter, concluía que «no cambiaremos la prudencia y precauciones que hemos mantenido hasta ahora por más prisas que algunos tengan». Lo hacía después de que el PSOE cerrase con ERC un pacto que incluía el traspaso de Rodalies, la condonación parcial de la deuda de la Generalitat o la continuación de la mesa de diálogo. Unas horas después se filtraba un mensaje del secretario general de Junts, Jordi Turull, enviado a los miembros de la cúpula del partido, en el que criticaba el pacto entre PSOE y ERC y aseguraba que “no dejaremos a ningún soldado tirado” con “una amnistía para VIPS”.