Parte de la herencia genética de los humanos modernos proviene de su mezcla con los denisovanos, hace unas decenas de miles de años: según un nuevo estudio desarrollado por científicos españoles, las adaptaciones genéticas posteriores pueden habernos dejado especialmente predispuestos a ciertos problemas de salud mental, como por ejemplo la depresión.
Un gen heredado de humanos arcaicos aún podría afectar nuestra salud mental, según una investigación liderada por científicos del Instituto de Biología Evolutiva (IBE) y la Universidad Pompeu Fabra (UPF), ambos en Barcelona, España. La herencia genética del hombre de Denísova, que convivió con el Homo sapiens y los neandertales hasta hace alrededor de 40.000 años, habría generado una predisposición a la depresión y otros trastornos neuropsiquiátricos en los humanos modernos, según el estudio publicado recientemente en la revista PLOS Genetics.
Una herencia genética que nos predispone a trastornos neuropsiquiátricos
Los investigadores sostienen que los denisovanos fueron una especie de humanos arcaicos que vivieron entre hace 1 millón y 40.000 años atrás. Compartieron las mismas áreas geográficas que neandertales y Homo sapiens, aunque su origen se encontraría en una migración desde África que fue diferente a las asociadas con las otras dos especies. Ahora, una nota de prensa indica que su influencia genética seguiría siendo importante en los humanos modernos.
Anteriormente se habían encontrado diversas “firmas” de cambios y modificaciones en el gen humano SLC30A9, que codifica la proteína ZnT9, dedicada a transportar zinc a través de las membranas celulares. Los científicos descubrieron que las variantes aplicadas por selección natural en el gen indicado y la región circundante derivaron en múltiples cambios moleculares y en todo el cuerpo humano a lo largo del tiempo, en los cuales estaría implicada la herencia denisovana.
En concreto, los científicos descubrieron que dos combinaciones principales de variantes en el gen SLC30A9 son extremadamente frecuentes en África y Asia oriental: una de ellas, que está asociada con una mayor susceptibilidad a varios trastornos neuropsiquiátricos, como por ejemplo la depresión, está presente en el hombre de Denísova y muestra patrones que podrían sugerir una continuidad genética entre denisovanos y humanos modernos, en base a un mecanismo de evolución adaptativa.
Adaptación al frío
Todo indica que como las mitocondrias, especialmente afectadas en esta variación del gen, desempeñan un papel importante en el metabolismo energético del músculo esquelético, la adaptación al frío que requirieron los denisovanos puede haber impulsado este evento de selección natural fuera de África, al tiempo que su continuidad afectó posteriormente la predisposición a los trastornos neuropsiquiátricos en los humanos modernos.
Según un artículo publicado en Science Alert, esta herencia denisovana no habría tenido solamente una connotación negativa en la actualidad: los investigadores también sospechan que la evolución ha favorecido la conservación del gen SLC30A9 a través de la variante denisovana para brindarnos una mejor protección contra los climas fríos, preservando la función primordial por la que habría surgido en tiempos del hombre de Denísova.
Referencia
Human genetic adaptation related to cellular zinc homeostasis. Ana Roca-Umbert et al. PLOS Genetics (2023). DOI:https://doi.org/10.1371/journal.pgen.1010950