Cada sociedad asume la muerte de diferentes maneras. En Jujuy, por ejemplo, el Día de los Fieles Difuntos se caracteriza por su intimidad y recogimiento, donde las familias se reúnen para conmemorar a sus seres queridos, mientras que en México esta fecha se convierte en una festiva y alegre celebración, con altares decorados con flores de colores llamativos y elementos tradicionales de esa cultura. Por otro lado, en Bolivia, el homenaje se realiza puertas adentro de los hogares, donde las familias se juntan a rezar, y se espera en las casas las visitas de los vecinos y conocidos del fallecido, para repartir las ofrendas colocadas en la mesa de las almas.
Para conocer más acerca de estas costumbres y tradiciones, tres jujeñas que residen fuera del país contaron a VíaJujuy cómo se conmemora estas fechas según sus diferentes creencias.
LAS CELEBRACIONES EN GUADALAJARA, MÉXICO
“A más o menos tres horas de Guadalajara, en el estado de Michoacán, tuve la oportunidad de llegar por la noche de visita a la casa de una amiga que me llevó al cementerio de un pueblito llamado Tzintzuntzán, que estaba todo adornado de cempasúchiles, una flor tradicional con la que se adorna aquí los altares de muertos. Había velas en todas las tumbas y los parientes o deudos de los fallecidos contratan mariachis para que toquen y canten la música que le gustaba al muerto”, cuenta Marta Elena Yance Vera, docente jujeña jubilada, que actualmente reside en la ciudad de Guadalajara, capital del estado de Jalisco, México.
Respecto a las similitudes y diferencias con nuestra provincia, en México también se lleva a cabo el armado del altar y la preparación de ofrendas para honrar a los difuntos. “Yo había visto en Jujuy, en la casa de mi mamá, el altar de muertos que ella ponía, con la foto de algún pariente fallecido, donde había pan, alguna bebida, cigarrillos y la comida preferida del fallecido. Aquí también se acostumbra a eso en las casas y en muchas familias”, apunta Marta, a la vez que añade que “el altar se dedica siempre a algún integrante del área que haya fallecido y ponen su foto presidiendo el mismo”.
UNA TRADICIÓN PREHISPÁNICA
Acerca de la historia del Día de los Muertos, la docente indica que “es una celebración cuyo origen está muy ligado a las tradiciones de los pueblos indígenas”, pero con la llegada del “catolicismo por medio de los conquistadores españoles”, esta cultura se fusionó con la religión cristiana. Sin embargo, Yance aclara que estas tradiciones en México “no tienen nada que ver con el Halloween ‘gringo’”, y en el presente se siguen manteniendo las antiguas costumbres en las nuevas generaciones.
Esta experiencia también la pudo vivenciar como profesora universitaria: “En la universidad donde yo trabajé por muchos años, dirigida por jesuitas, cada departamento ponía su altar cristiano, y elegían el que más les gustaba o les parecía más completo, por la preferencia del personal, los alumnos, así como otros visitantes, que recorrían el campus”, comenta la entrevistada.
CELEBRACIÓN Y FIESTA PARA RECORDAR A LOS DIFUNTOS
Melina Sosa, joven jujeña que viajó al país azteca para conocer Cancún, comentó que en esa ciudad “no se vive a pleno esta costumbre, comparado con la ciudad de México, Michoacán, Puebla y otras ciudades más tradicionales”. Por este motivo decidió tomar un vuelo para conocer más acerca de esta cultura. Al llegar a la capital mexicana se sorprendió por el gran despliegue de “gente disfrazada y pintada”, ya que “todos se preparan para los festejos, por lo que hay eventos por todos lados”, describe.
A diferencia de nuestra provincia, la viajera jujeña explicó que “las actividades se realizan durante una semana, y todos los días hay algo diferente”.
Respecto al sentimiento de celebración de los mexicanos, dijo que “en esta semana las almas bajan para celebrar con sus cercanos y seres queridos, por lo que se los recuerda con cariño y amor, y no con tristeza”, subraya.
Mientras que en Cancún “se limitan a armar los altares con fotos de los difuntos, donde colocan las velas, el tradicional pan de muerto y comidas y bebidas”, en la ciudad de México “se realizan exposiciones de altares más grandes, con características tradicionales de la zona”, detalla.
“También se puede presenciar los diferentes desfiles del Día de los Muertos, de mascotas, las tradicionales catrinas, entre otros”, explica Sosa. “Me llamó mucho la atención que es un evento que no pasa desapercibido, y todos le tienen mucho respeto”, dice emocionada por la gran magnitud de esta fiesta.
EN BOLIVIA SE RECUERDA A LOS DIFUNTOS CON REZOS Y OFRENDAS
En el sur de Bolivia, en la ciudad de Villazón -limítrofe con La Quiaca, Jujuy- , la estudiante Karen Cano cuenta a VíaJujuy que es tradición realizar “los turcos, que representan a las almas que llegan. Esto consiste en hacer con masa a una persona, ya sea mujer u hombre”, para representar su llegada a la tierra, explica.
Al igual que en Jujuy, “las ofrendas se confeccionan el 31 de octubre y luego se arma la mesa donde se coloca la comida que más le gustaba a la almita”, detalla.
Para el 1 de noviembre “en horas del mediodía, se espera a las almas con todo lo realizado”. También se espera la llegada de los vecinos y personas que conocían al difunto y “les damos ofrendas en agradecimiento por haber llegado a visitar a la familia del difunto”.
“Al día siguiente, que sería el 2 de noviembre, se va al cementerio, y por último se alza la mesa para despedir a las almas”, concluye trazando un paralelo con las costumbres vigentes en la provincia de Jujuy.