Más de una vez te ha podido pasar que, pese a haber dormido el tiempo suficiente, tu cuerpo no esté descansado. Esto puede tener varios motivos, aunque uno de los más habituales es sin duda alguna la postura corporal con la que conciliamos el sueño.
A la hora de dormir hay muchos tipos de personas; los hay quienes prefieren hacerlo de lado, otros boca arriba, boca abajo, etc. Debes saber, prefieras cual prefieras, que cada una debe ser ejecutada de una forma particular para conseguir un descanso adecuado.
En todos los casos, es fundamental mantener la columna vertebral completamente recta. Por lo tanto, en todos los casos va a entrar un factor en juego: la almohada. Este artículo es fundamental para conseguir precisamente que tu espalda se mantenga estirada sea la postura que sea la que utilices para dormir. Si duermes boca arriba, por ejemplo, tu almohada o cojín debe reposar debajo de la cabeza, con la suficiente dureza como para que no terminemos hundiéndonos en el relleno.
Dormir de lado no es una sentencia negativa para la salud de nuestra espalda. Lo cierto es que esta postura es bastante adecuada y ayudará al cuerpo a descansar, pero necesitas de un elemento adicional para que la columna se mantenga erguida. En este caso, además de la almohada para la cabeza, debes colocar una entre tus muslos, ya que esto contribuirá a que no se choquen tus rodillas. Por otro lado, es conveniente que adquieras una posición fetal con las piernas ligeramente flexionadas; gracias a lo que aliviaremos la tensión lumbar.
Hay una postura que, sin embargo, no es recomendable: dormir boca abajo. El problema principal es que tu espalda quedará suspendida en el aire y, por lo tanto, no descansará de la tensión acumulada durante el día a día. También notarás que es bastante más complicado respirar porque el pecho está oprimido.
Cómo elegir almohada
Tu almohada puede convertirse tanto en tu mayor aliado como en tu mayor enemigo si no cuentas con los consejos adecuados para colocarla. Quizás te sorprenda saber que la forma y la dureza de este artículo depende de la postura en la que duermas. Si eres de los que duermen boca arriba, debes contar con una almohada que tenga inclinación, ya que generará un buen apoyo tanto para la cabeza como para el cuello y no forzará las cervicales.
Si duermes de lado, lo más conveniente es que te hagas con una que tenga una dureza media y alta, ya que ayudará a mantener toda la cabeza alineada con la espalda.
Ante las noches de vigilia solemos buscar trucos para conciliar el sueño lo más rápido posible y evitar pasar horas con la mirada clavada al techo o dando vueltas en la cama. Muchos recurren a los atajos más clásicos para relajar el cuerpo y la mente: leer un libro, poner música relajante, beber algo caliente, meditar, etc.
Para favorecer un buen sueño quizás es bueno que incluyas determinados pasos en tu rutina, como el ejercicio, la limitación de las siestas o beber el café justo. Sin embargo, puede ser que pese a que lleves a cabo una rutina de lo más saludable, seas incapaz de dormir.