Los primeros coletazos de la borrasca Ciarán dejaron en A Coruña una tarde llena de incidencias debido a los fuertes vientos, que llegaron a superar los 90 kilómetros por hora. El temporal alteró la agenda del Día de Todos los Santos, obligando a adelantar el cierre de los cementerios, clausurar parques o interrumpir la circulación ferroviaria con Ferrol. Todo con una alerta naranja que en la costa coruñesa la Xunta elevó a rojo desde la pasada madrugada.

Una máquina reconstruye la duna de la playa de Riazor. | // VÍCTOR ECHAVE


Los Bomberos de A Coruña informaban este miércoles de una tarde repleta de incidencias en la ciudad debido a los fuertes vientos, que a media tarde amenazaron con tirar un andamio en Novo Mesoiro. Los bomberos municipales tuvieron que salir a balizar la estructura en un operativo en el que también participó la Policía Local.

A lo largo de la tarde, los bomberos se desplazaron hasta distintos puntos de la ciudad, como las calles Fernando Macías, República Dominicana o Independencia, donde prestaron asistencia técnica para comprobar las fijaciones de carteles, así como la revisión de un tejado en la calle Fita o una fachada en Revolución Francesa.

Las consecuencias de la borrasca Ciarán pasaron factura también a los visitantes del cementerio de San Amaro, que cerró su acceso principal a las cuatro de la tarde, aunque las puertas laterales estuvieron abiertas hasta las siete. El mal tiempo obligó además a cerrar el Parque de Santa Margarita y, con ello, la Casa de las Ciencias “hasta nuevo aviso”.

Ante la alerta generada, el Concello activó un dispositivo de emergencia para personas sin hogar. El Centro Cívico de Los Mallos está a disposición de las personas que lo deseen para pernoctar desde la tarde de ayer. Por su parte, Renfe interrumpió la circulación ferroviaria que une la ciudad con Ferrol, obligando a los viajeros a hacer el transporte por carretera.

En el mar, la costa coruñesa se lleva la peor parte de toda Galicia, con una alerta roja activa desde esta a madrugada por olas que pueden alcanzar hasta los nueve metros, mientras que ayer superaban levemente los 2,50. Es por ello que los operarios trabajaban en la mañana de ayer para reconstruir la duna de la playa de Riazor, para proteger del fuerte oleaje y evitar que el mar alcance el paseo.

Las precipitaciones, por su parte, rondaron los 8 litros por metro cuadrado, la mitad que lo registrado en la jornada anterior.

El área metropolitana tampoco se libra del paso de Ciarán, que ocasionó el desprendimiento de la cubierta de la piscina municipal de Abegondo y su caída a la carretera. Por su parte, los vecinos de la Avenida de As Mariñas, en Oleiros, se quedaron sin suministro eléctrico, mientras que en Culleredo la principal incidencia fue el desprendimiento de parte de una fachada.