No le ha dado tiempo de parar. Desde que el pasado lunes, Aitana Bonmatí recibió su primer Balón de Oro en París, su vida se ha convertido en una vorágine. Entrevistas, fotos, compromisos publicitários… La nueva reina del fútbol volvió a entrenar con el equipo este jueves tras el parón de selecciones, y allí volvió a sentirse en calma. El balón y el césped. Su lugar. Sin embargo, ante los micrófonos, cada vez está cogiendo más confianza. La mejor futbolista del mundo atiende a El Periódico de Cataluña, de Prensa Ibérica, unos días después de su coronación.
Después de tanta locura, ¿ya ha aterrizado?
Bueno, esto es muy grande y costará valorarlo, apreciarlo y saber lo que he conseguido. No es de un día para otro.
¿Se está apoyando en la familia y los amigos en estos momentos? ¿Cómo le están ayudando a normalizar todo esto?
No hablando del tema. Quiero decir, haciendo lo mismo que siempre.
Cuesta mucho no hablar de un Balón de Oro. ¿Cómo se hace teniendo en cuenta la cantidad de compromisos que tiene ahora a raíz del premio?
Se trata de que cada cosa se haga en su momento. Cuando estás entrenando, centrándote en entrenar. Y cuando hay cosas relacionadas con el business del fútbol, que es lo que toca cuando se ganan premios de este estilo, pues aceptándolo y adaptándose.
¿Ha podido repasar cómo fue la gala?
La verdad es que no la he visto, pero obviamente algunos momentos sí que los recuerdo. En ocasiones, después de la gala, me han preguntado algunas cosas sobre momentos puntuales y no he sabido qué responder.
Novak Djokovic fue el encargado de decir su nombre. ¿Qué sintió cuando escuchó su nombre?
Uno de los momentos que no recuerdo muy bien qué sentí o qué me pasó por la cabeza fue cuando [Djokovic] dijo mi nombre. Estaba tan tensa e hipnotizada que no lo recuerdo bien…
Y cuando subió y él se olvidó de darle el Balón de Oro, usted fue directa al atril para hablar.
Ya… No sé exactamente qué pasó en realidad. Yo subí allí y esperaba que me darían el Balón de Oro. Vi que no y dije: ¡Me voy a hablar! [ríe]. ¡Ya empecé un poco con el pie izquierdo allá arriba, y solo me faltaba esto! Aquello me puso el doble de nerviosa, pero después salió todo mejor de lo que esperaba.
Estaba muy nerviosa por el discurso.
Fue un poco por la magnitud del acontecimiento. Y por saber que llegaría a todo el mundo y que tenía que hablar en tres lenguas. Y al final, mi exigencia transciende más allá de los campos de fútbol. También quiero hacerlo bien cuando estoy con un micro. Saber que lo que transmito es importante, y que se tiene que decir muy bien dicho. No quiero decir cualquier cosa.
¿Cómo fue la preparación previa para ese momento?
Fue complicado. Era un momento en el que, dijeran lo que me dijeran, estaría nerviosa. Lo tenía que aceptar. A partir de ahí, tocaba adaptarme e intentar llevarlo con normalidad. Lo difícil ya lo había hecho, que era jugar bien muchos partidos, ganar títulos también con los equipos [Barça y selección española]. Hablar no es mi profesión, a pesar de que tampoco soy una negada. Intenté normalizar el momento, a pesar de que acepté que me pondría nerviosa sí o sí porque era imposible no estarlo. Era muy complicado bajar las pulsaciones. Soy una persona bastante nerviosa y bastante activa.
Y después, con el trofeo, coincidió con Messi. Fue uno de los momentos más especiales para usted. ¿Cómo fue esa conversación?
Ya había roto un poco el hielo antes. Justo antes de salir a la presentación de todos los jugadores y jugadoras al inicio de la gala, yo estaba con Gündogan porque salíamos a la vez. Detrás tenía Messi. Crucé unas cuantas palabras con los dos. Fue un poco como romper el hielo. Y después, la foto la quería tener porque era un momento muy especial. Es una foto que formará parte para siempre de este recuerdo.
Son dos exponentes de oro de La Masia. Los mejores del mundo y referentes para miles de pequeños futbolistas
Nos hemos convertido en referentes para niñas y niños. El hecho de llevar La Masia por todo el mundo es especial. Si ha habido tres Balones de Oro de La Masia es por algo. Es una señal de que el Barça hace muchas cosas bien y no solo a nivel masculino, sino también a nivel femenino. Por lo tanto, para mí es un orgullo, la verdad, haber ganado este Balón de Oro con el Barça. Llevo 12 años aquí. Soy culé hasta la muerte desde toda la vida. Y sé que me han hecho crecer como persona y también como futbolista. Las dos cosas.
¿Ya sabe dónde pondrá el trofeo?
No. La verdad es que no [ríe].
Tiene que ser muy especial tenerlo. No sé si otras cosas de aquella noche también las guardará.
Hay algunas cosas de aquella noche que eran prestadas, por lo tanto no las tendré. El Balón lo tendré por siempre jamás, y todavía tenemos que ver dónde lo pongo. Pero obviamente tiene que ser en un lugar importante.
¿Cómo ha recibido la familia todo esto? Son todos muy familiares, muy de su pueblo. ¿Cómo llevan todo este ‘boom’?
Pues no lo sé. Supongo que sí que lo han notado, pero a mis padres les cuesta todos estos temas. Sobre todo las galas. ¡Mi padre era la primera vez que se ponía un traje! Se lo hice comprar porque, si no, no podía entrar. ¡Imagínate cómo estamos! [ríe]. No son de este mundo y tampoco les gusta. Pero, al final, si lo tienen que hacer por su hija, lo hacen.
¿Los buscó cuando estaba dando el discurso?
Sí, pero cuando estaba allí arriba miraba a un punto fijo. Menos cuando me referí a las compañeras, a Jonatan [Giráldez], a [Joan] Laporta, incluido a mis padres y los amigos, que sí que los miré. Pero prefería centrarme en un punto fijo para no desviarme de lo que tenía que decir.
¿Cómo fue cuando bajó del escenario? ¿Ahí empezó la vorágine o pudo parar un segundo?
De hecho, justo al acabar la entrega me hicieron salir por una puerta y fui directa a hacer unas entrevistas. Me perdí el discurso de Messi. Me supo mal. Pero era lo que tocaba.
¿Ha tenido poco tiempo para usted?
Bueno, ayer por la tarde, que estuve en el pueblo [Ribes] y con mi gente. No mucho más.
¿Notó algo diferente?
Yo creo que cada vez más gente me conoce, obviamente. Pero en cuanto a mí misma, soy la misma que antes del lunes.
¿Necesita unos días para parar?
Ahora es imposible parar. Nos encontramos ante un momento importante a nivel futbolístico, ya que vienen cuatro partidos de liga y dos de Champions. Es imposible parar ahora mismo.
¿Qué retos le quedan? ¿Cómo se afronta el futuro desde la cima?
Seguiré siendo la misma y poniendo el foco en lo que es importante: venir a entrenar y jugar bien. Todo lo que me rodea para que yo pueda llegar hacer lo que he hecho este último año, y también los últimos años, es lo más importante para mí. Quiero tenerlo presente.