Una subida de 69 a 90 euros por familia por el servicio de recogida de basuras y un incremento del 5% en la tasa de cementerios. Son los dos principales servicios que ayer vieron incrementado su coste para la ciudadanía gracias a su aprobación en un Pleno sin sorpresas de las nuevas ordenanzas fiscales, en líneas generales congeladas por un año. La sesión estuvo marcada por el cruce de acusaciones entre el gobierno local, que justificó estos retoques por la «gestión ineficiente y falta de profesionalidad» de los socialistas, mientras que el PSOE acusó a Foro y el PP de emplear «un discurso fácil» y evitar más subidas necesarias. Lo mismo hicieron IU y Podemos para responder al incremento salarial y de costes. Vox, en cambio, se desmarcó exigiendo una bajada del IBI.
El bipartito de Foro y el PP consiguió sacar adelante ayer estos dos incrementos y congeló el resto de tasas y tributos. Toda la Corporación, a excepción de Vox, aprobó el referido a la tasa de recogida de basuras. En resumen, las familias pasan a pagar 90 euros al año en lugar de 69. Se trata de una subida del 30% en la cuota doméstica y el 33% en el resto que se justifica por el gran incremento de los costes de gestión de residuos que conlleva la nueva normativa estatal y los propios problemas de viabilidad de la empresa, en una crisis sin precedentes tras vaciarse las reservas.
También la subida de Cegisa contó con el apoyo de casi la totalidad de la Corporación, a excepción de Vox. En su caso, aumentan las tarifas un 5% para compensar en parte el 22,8% que subió el IPC en los nueve años que estuvieron congeladas, desde enero de 2015. Otra novedad es la implantación progresiva de una cuota de mantenimiento, que de media será un euro al mes y que se limita a las unidades de enterramiento utilizadas a partir de 2024. No se verán afectadas por esa cuota las nuevas adquisiciones hasta que no sean utilizadas, ni las adquiridas en años anteriores hasta que no vuelvan a ser usadas.
De menor calado para el bolsillo de los gijoneses, pero cargado de simbolismo político, fueron la votación de los otros dos puntos. Para sacarlos adelante, el gobierno local se apoyó en el «sí» del concejal no adscrito y exvoxista, Oliver Suárez, para conseguir la mayoría absoluta frente al «no» de la banca de la izquierda y Vox. Con esta aritmética, consiguió aprobar doce actualizaciones de tributos y precios públicos para algunos servicios como la tasa por licencia urbanística, el precio público para la adquisición de libros o el abono por asistencias el centro médico del Patronato Deportivo Municipal, entre otros. De la misma manera, gracias al respaldo de Suárez, se pudo dar luz verde a la modificación de la ordenanza local de la de prestación patrimonial de carácter público no tributario del servicio municipal de agua y alcantarillado.
La sesión estuvo marcada por el cruce de acusaciones entre Foro y el PSOE. La concejala de Hacienda, María Mitre, afeó al anterior gobierno que, debido a una «gestión ineficiente y falta de profesionalidad», se han encontrado una mala situación financiera. «No vamos a tapar agujeros con el bolsillo de los gijoneses. Lo fácil hubiese sido realizar subidas impositivas. Gestionaremos mejor, prestaremos servicios con calidad y mantendremos la salud financiera del Ayuntamiento, sin dejar a nadie atrás. Lo volveremos a hacer sin subir los impuestos, bajándolos en cuanto podamos», prometió Mitre, quien también atribuyó la decisión a la Ley de Residuos de Pedro Sánchez.
Por su parte, la socialista Marina Pineda, acusó a Foro de posicionarse en «un discurso fácil» porque, según advirtió, hacía falta un mayor incremento de los tributos para responder al incremento salarial y de costes. «Pretenden bajar impuestos y subir tasas. Es su idea de la justicia fiscal. Que paguen menos quienes tienen más», ahondó, recordando que la subida de Emulsa que se aprobó este martes es idéntica a la que el PSOE propuso el año pasado y que Foro tildó de «hachazo». «Usan el discurso de la derecha más rancia. La presión fiscal en Gijón dista mucho de ser alta», remató. Los otros partidos de la izquierda, tanto IU como Podemos, también se posicionaron en contra de la congelación general de impuestos. «Quieren los mismos ingresos con mayores costes. ¿A cuáles proyectos millonarios van a renunciar? Sus cuentas no cuadran. Son los campeones de las bajadas fiscales, pero su ahorro neto prácticamente es inexistente», achacó Javier Suárez Llana, portavoz de IU. En la misma línea, Olaya Suárez, portavoz de Podemos, habló de «negacionismo aritmético» y pidió «no pasar la patata caliente, como pasó con Emulsa». «Es un engaño del gobierno, ilusionismo para ganar votos. Han dejado atrás su compromiso electoral, subiendo tasas y evitando bajar el IBI. Lo fácil es subir las tasas para engrosar arcas municipales», afeó la portavoz de Vox, Sara Álvarez Rouco.