La Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) ha cumplido con el guion y ha optado por hacer pausa. Así, por segunda vez consecutiva, el banco central estadounidense ha decidido por unanimidad que no endurecerá la política monetaria y mantendrá los tipos de interés en la horquilla situada entre el 5,25%-5,50%, al tiempo que ha subrayado que «sigue muy atenta» a los «riesgos de inflación» y que «continuará evaluando la información adicional y sus implicaciones para la política monetaria».

«Los indicadores recientes sugieren que la actividad económica creció a buen ritmo en el tercer trimestre. El aumento del empleo se ha moderado desde principios de año, pero sigue siendo fuerte, y la tasa de desempleo se ha mantenido baja. La inflación sigue siendo elevada«, explica el Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC, por sus siglas en inglés) en un comunicado en el que reiteran estar «firmemente comprometidos con el retorno de la inflación al objetivo del 2%», aunque no hacen referencia a posibles subidas adicionales.

Por otro lado, el FOMC ha indicado que es «probable» que el endurecimiento de las condiciones financieras y crediticias para los hogares y las empresas «afecte a la actividad económica, la contratación y la inflación». «El alcance de estos efectos sigue siendo incierto», añaden. Asimismo, han destacado la solidez y resistencia del sistema bancario estadounidense.

«A la hora de determinar el grado de endurecimiento adicional de la política monetaria que puede ser apropiado para devolver la inflación al 2% con el tiempo, el Comité tendrá en cuenta el endurecimiento acumulado de la política monetaria, los retardos con los que la política monetaria afecta a la actividad económica y a la inflación, y la evolución económica y financiera«, apuntan.

Por otro lado, la Fed ha indicado que seguirá reduciendo sus tenencias de valores del Tesoro y de deuda de agencias y valores respaldados por hipotecas de agencias, tal como señaló con anterioridad.

Finalmente, el FOMC ha subrayado que continuará «vigilando» las implicaciones de la información entrante para las perspectivas económicas y ha subrayado que «estará preparado para ajustar la orientación de la política monetaria según proceda si surgen riesgos que puedan impedir la consecución de los objetivos del Comité».

«Las evaluaciones del Comité tendrán en cuenta una amplia gama de información, incluidas las lecturas sobre las condiciones del mercado de trabajo, las presiones inflacionistas y las expectativas de inflación, y la evolución financiera e internacional», concluye el escrito.

Cabe recordar que el Producto Interior Bruto (PIB) de EEUU en el tercer trimestre se disparó un 4,9%, mientras que el deflactor de consumo privado, uno de los indicadores favoritos de la Fed, cayó en septiembre al 3,4% en su tasa general y al 3,7% en la subyacente. Por otro lado, los últimos datos constatan la debilidad del sector manufacturero en la primera economía del mundo, donde se redujo el empleo en el mes de octubre por primera vez desde 2020.