El Valencia fue el gran perjudicado en la gala del Balón de Oro celebrada en el Théâtre du Châtelet de París a los ojos de todo el planeta. La dignidad de Mestalla fue pisoteada de nuevo a nivel internacional. El linchamiento al club y a su afición por el ‘Caso Vinícius’ continúa por todo el mundo. De nada ha servido que el club denunciara y castigara de forma contundente a los responsables de los insultos aislados al jugador del Real Madrid. Tampoco que cumpliera su sanción de tres partidos. El mundo del fútbol sigue ensuciando gratuita e injustamente el honor de Mestalla y eso no se puede consentir. Por eso el Valencia ha dicho ‘basta ya’.
El motivo para explotar fue grave. La organización del Balón de Oro (otorgado por la revista francesa ‘France Football’) utilizó la imagen del Valencia para ilustrar la entrega del ‘Premio Socrates 2023’ a Vinícius Junior en reconocimiento al compromiso solidario de su fundación y su supuesta lucha contra el racismo. Nada tuvo sentido. Mientras el brasileño recogió el galardón se sobreimpresionó una imagen del momento en el que el madridista denunciaba con el dedo a los aficionados aislados del Valencia que le profirieron insultos racistas. Sin venir a cuento, ni medir las consecuencias, la gala ensució el escudo de Mestalla y el nombre del club para destacar la labor social de Vinícius en su país. En la fotografía aparecía el escudo con el anterior patrocinador y los rostros de Eray Cömert y Giorgi Mamardashvili.
La reacción del Valencia no se hizo esperar. Al filo de la madrugada, el club salió en defensa de Mestalla con un comunicado a través de sus redes sociales en el que lamentaba la utilización de la imagen, pedía «respeto» y reiteraba su más absoluta condena contra el racismo como demostró desde el primer día con su actuación ejemplar y su discurso de tolerancia cero. «El Valencia lamenta el uso en la gala del Balón de Oro de nuestra imagen y su asociación a unos comportamientos aislados que el Club persiguió de forma urgente y tajante, aplicando el castigo más severo a los implicados. Reiteramos nuestra condena más absoluta contra el racismo pero también pedimos el máximo respeto a nuestro afición y a nuestro Club». El Valencia reaccionó de inmediato en colaboración con la Policía para localizar y sancionar de por vida a los responsables de los insultos racistas. Medio año después, Mestalla continúa pagando las consecuencias, multiplicadas por el altavoz mediático del madridismo y de un Vinícius que en su primera comparecencia ante el juez acusó a todo el valencianismo.
La denuncia de Cala
Las desgraias no vienen sola. El exjugador del Cádiz Juan Cala ha iniciado acciones legales contra la grada de Mestalla por «las acusaciones de racista» que recibió durante el Valencia-Cádiz el pasado 23 de octubre. Así lo anunció a través de un comunicado: «El despacho de abogados Dogma-Leco informa de que se han ejercitado cuantas acciones legales dispone nuestro ordenamiento legal, a fin de perseguir la restauración del honor y de los perjuicios ocasionados a Juan ‘Cala’. Esta medida se une a la ya anunciada por LaLiga. El escrito recoge que en el minuto 23 «un grupo de aficionados locales, ubicados en la grada Mario Kempes, entonaron de forma coral y coordinada, durante aproximadamente diez segundos, el cántico «es un racista, Juan cala es un racista, es un racista».