La Reserva Federal (Fed) celebra entre este martes y este miércoles su reunión sobre política monetaria, para la que los analistas dan por hecha una nueva pausa, que mantendría los tipos de interés en la horquilla comprendida entre el 5,25% y el 5,5%, y la atención se centrará de nuevo en las palabras del presidente de la entidad, Jerome Powell, quien puede dar alguna pista sobre si el banco central ha terminado ya con su política de ajuste.

En este sentido, la Fed ya avisó en el último cónclave, celebrado en septiembre, de que todavía guarda en la recámara una nueva subida antes de que finalice el año, aunque muchos analistas dudan de que finalmente se vaya a producir y lo ven más como un mensaje de cara a los mercados, como hacen desde Danske Bank.

«Esperamos que la Reserva Federal se mantenga en suspenso en la reunión de noviembre, en línea con el consenso y precios de mercado. A medida que las condiciones financieras se han endurecido de manera significativa, dudamos que la Reserva Federal opte por aumentos en una etapa posterior«, aseguran.

En la firma no esperan nuevas subidas de tipos «incluso si las recientes publicaciones de datos macro sobre el mercado laboral, el sector privado y las expectativas de consumo e inflación de los consumidores han sido indiscutiblemente mucho más fuertes» de lo esperado.

Además, la pausa permite a la Fed evaluar el impacto que las subidas realizadas durante el último año y medio tienen en la economía. En este sentido, desde Danske Bank aseguran que «las condiciones financieras estrictas están restringiendo claramente el crecimiento del crédito, ya que las nuevas solicitudes de hipotecas han alcanzado su nivel más bajo en 28 años y el crecimiento de los préstamos bancarios se ha estancado significativamente este año».

«Dicho eso, tanto la tasa de interés efectiva sobre el stock hipotecario pendiente como los costos por intereses netos corporativos sugieren que la política monetaria restrictiva aún no está afectando notablemente los recursos disponibles de los hogares o a los beneficios empresariales. Esto no significa que la transmisión de la política monetaria no esté funcionando, pero ayuda a explicar la resiliencia del consumo privado y los mercados laborales«, explican.

El PIB Y LA FORTALEZA DE LOS DATOS

En la última actualización de sus proyecciones económicas, la Fed asumía un «período de crecimiento inferior a la tendencia del PIB real» que sigue sin materializarse, ya que la economía estadounidense sorprendió la semana pasada con un crecimiento del 4,9% en el tercer trimestre, por encima de lo esperado. También vaticinaba «cierto debilitamiento de las condiciones del mercado laboral», que no se produjo al menos en septiembre, cuando se crearon 336.000 nóminas.

Estos datos muestran que «la economía está creciendo a un ritmo más rápido del que la Reserva Federal cree que es necesario para reducir la inflación«, como destacan los analistas de Rabobank, quienes también identifican otros indicadores que pueden hacer respirar al banco central con alivio.

«Sin embargo, la inflación subyacente todavía se mueve en la dirección correcta y los efectos retardados del endurecimiento de la política monetaria aún podrían hacer efecto. Además, el extremo más largo de la curva de rendimiento ha aumentado sustancialmente desde la anterior reunión del FOMC, así que, a todos los efectos prácticos, ya se ha producido una subida de tipos: no por parte de la Reserva Federal, sino por parte del mercado de bonos», destacan.

Teniendo todo en cuenta, concluyen que «los datos de actividad económica sugieren que el FOMC debería subir las tasas en noviembre y/o diciembre, los rezagos de la política monetaria requieren paciencia, los datos de inflación subyacente sugieren que el FOMC puede permitirse el lujo de ser paciente y, mientras tanto, el mercado de bonos ya ha subido».

Además, recuerdan que las ultimas intervenciones de Powell «sugieren que no se verá un aumento el 1 de noviembre«, si bien «esa opción sigue abierta para la reunión de diciembre».

«Durante el resto del año, todavía esperamos que el mercado de bonos haga el trabajo de la Reserva Federal, haciendo redundantes nuevas subidas de tipos de interés oficiales. Sin embargo, seguimos viendo riesgo al alza en nuestro escenario base. Si los datos económicos siguen siendo sólidos y la caída de la inflación subyacente se estanca, tarde o temprano el FOMC tendrá que reanudar su ciclo de subidas de tipos», anticipan.

«EL PRÓXIMO MOVIMIENTO SERÁ UN RECORTE»

Los analistas de Oxford Economics también esperan una pausa este miércoles, y descartan que vayan a llegar nuevas alzas en un futuro cercano, puesto que consideran que el próximo movimiento del banco central «será un recorte».

«Los datos entrantes más sólidos significan que los funcionarios no descartarán un aumento adicional de las tasas, pero está claro que la mayoría de los funcionarios lo ven condicionado a un reforzamiento continuo del crecimiento del empleo y la inflación, lo que creemos que es poco probable. Creemos que el próximo movimiento será un recorte, aunque los riesgos están sesgados hacia que esa flexibilización se produzca después del recorte de mayo de 2024 en nuestro punto de referencia«, aseguran.

También destacan que, a pesar de la inesperada fortaleza mostrada por algunos indicadores macro, «la tendencia más amplia de la inflación sigue siendo a la baja y los funcionarios han dejado claro que no cambiarán de rumbo basándose en los datos de un mes».

«Los funcionarios estarán discretamente complacidos de que las condiciones financieras se hayan endurecido y seguirán sonando agresivos para no desencadenar una reversión de esos movimientos del mercado. Pero dado que los mercados hacen el trabajo pesado en términos de endurecimiento de las condiciones financieras, hay sólidos argumentos para que la Reserva Federal se mantenga a la espera a partir de aquí», concluyen.