Tras Vandellós, llega el turno de Ascó. El Ministerio para la Transición Ecológica ha sometido a información pública la evaluación de impacto ambiental del proyecto de construcción de un almacén temporal de residuos en la central nuclear de Ascó, a propuesta de la Asociación Nuclear Ascó-Vandellós II para tener un almacén instalado antes de que se sature el actual, en 2026.

La central catalana cuenta con dos reactores –Ascó I y Ascó II– de aproximadamente 1.032 megavatios (MW) de potencia eléctrica bruta cada uno, que entraron en operación en 1984 y 1986, respectivamente. Ascó I es propiedad de Endesa, mientras que Ascó II se divide entre Endesa (85%) e Iberdrola (15%). Los residuos de alta actividad generados en ambos se almacenan en la piscina de combustible gastado situada en el edificio de combustible de cada unidad con una capacidad de almacenamiento de 1.421 elementos por reactor y en un almacén temporal individualizado, con capacidad para 512 elementos por unidad, puesto en marcha en 2013.

El almacén actual quedará saturado a mediados de 2026 (en abril en el caso de Ascó I y septiembre en el caso de Ascó II) y los reactores tienen previsto su cierre en octubre de 2030 y septiembre de 2032, según el calendario de cierre nuclear acordado por el Gobierno junto con las empresas propietarias y la Empresa Nacional de Residuos Radioactivos (Enresa) y recogido en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC). De forma que una nueva instalación de almacenamiento del combustible gastado es esencial para permitir la continuidad de la operación.

En los años 2000 el Gobierno planeó la construcción de un almacén temporal centralizado que recogiera los residuos de los siete reactores nucleares que hay ahora mismo en operación. Así, en 2011 el Consejo de Ministros aprobó la designación de Villar de Cañas (Cuenca) como ubicación, pero el año pasado el Ejecutivo descartó esta posibilidad y decidió que se construiría un almacén por reactor y planteó la reunificación posterior en un almacén geológico profundo de cara al año 2073

Así, la instalación individual que se plantea construir en Ascó tendrá capacidad para albergar el combustible actualmente almacenado, así como el que se vaya generando posteriormente hasta el final de la operación de la central y en el desmantelamiento. Estará formada por una losa sísmica de almacenamiento de hormigón armado de aproximadamente 1,07 metros de espesor (con unas dimensiones de 3.748,25 metros cuadrados de planta) con capacidad para un almacenamiento de hasta 115 contenedores. A eso se unen otras infraestructuras como los viales de acceso, los vallados y las instalaciones auxiliares (instalaciones temporales de obra y parkings).

La fase de construcción se pondrá en marcha una vez obtenidas las autorizaciones ambientales y sustantivas necesarias, y se prevé que tenga una duración total aproximada de veintiún meses, a los que habrá que añadir ocho semanas del periodo de pruebas y puesta en marcha. Y entonces será cuando de comienzo la fase de operación hasta su posterior transformación como instalación nuclear independiente.