Después de vivir una intensa jornada del Clásico, el cantante de los Rolling Stones disfrutó de una lujosa cena en el restaurante del chef Rafa Zafra
Las gambas de Roses conquistaron el paladar del artista que ya había cenado anteriormente en el restaurante
Mick Jagger pertenece a ese grupo de personas que hace del disfrute su filosofía de vida. Lo deja claro concierto a concierto, a sus 80 años no hay baile que se le resista -convirtiéndose en fuente de inspiración para artistas como Christina Aguilera o Maroon 5- por eso no es de estrañar que en su tiempo libre el cantante de los Rolling Stones no quiera parar de disfrutar.
Después de la intensa jornada del Clásico (1-2) con más rock and roll de la historia, en el que los jugadores lucieron camiseta con el logo de la banda, Mick Jagger decidió regalarse una deliciosa cena en el Estimar, ubicado en la barcelonesa calle de Sant Antoni dels Sombrerers y famoso por sus innovadores platos de pescado y marisco.
No era la primera vez que los platos de Rafa Zafra hacian agua la boca del cantante, que ya había disfrutado con anterioridad de sus recetas y tenía muy claro que quería verle de nuevo. Tanto que, como ha reconocido el propio chef andaluz a ‘La Vanguardia’, hizo lo imposible por conseguir mesa para diez.
Jagger movió cielo y tierra para conseguir una mesa para diez en el Estimar
El local de Zafra estaba lleno hasta los topes la noche del sábado y encontrar un hueco libre era una ardua tarea, aunque el cliente fuese el mismísimo Mick Jagger. Pero el empeño del músico fue tal, que terminó dando con una solución con la que todos estuvieron satisfechos.
Hicieron falta algunas maniobras de gestión para que la cena de Mick se pudiera celebrar. El ex jefe de cocina de Hacienda Benazuza de El bulli invitó a seis comensales que habían reservado aquella noche en su local a cenar en Amar, el restaurante del hotel Palace, donde se están hospedando estos días Jagger y Ron Wood quien, no se animó a unirse a su compañero y prefirió ir por libre tras el Clásico.
Pero eso no fue problema para Jagger, que cenó bien acompañado, por un divertido grupo de gente «jovencísima», todos miembros de su equipo. El cantante y sus nueve acompañantes disfrutaron de una degustación gastronómica en la que no faltaron clásicos como el las almejas, las tostadas de mantequilla y caviar o el carpaccio de cigalas, que consiguió derrocar la norma del artista de no comer nada crudo.
También hubo espacio en el menú para el bikini de caviar, que el artista ya había degustado antes junto a Leonardo Dicaprio, en el chiringuito Casa Jondal de Ibiza y una vez devorado, no faltó en la mesa una de sus propuestas favoritas: las gambas de Roses a la sal con las que Mick Jagger terminó chupándose los dedos.
La presencia del rockero en el restaurante entusiasmo al resto de comensales que nada más verle entrar por la puerta empezaron a vitorearle y aplaudirle hasta que el propio vocalista tuvo que pedir que cesasen los aplausos.
Para culminar la fiesta, entre la 1:30 y las 2 de la mañana, Zafra le recomendó seguir en El Paradiso, la cuarta mejor coctelería del mundo, aunque hace un año encabezaba el ranking. La energía no se acaba para el rey del disfrute que continuó la noche en búsqueda de una última copa con sabor a ‘Satisfaction’.