En su casa había una nota para un ser querido con las claves de acceso de su teléfono e información bancaria
MADRID, 29 (DPA/EP)
Las autoridades policiales de Maine (Estados Unidos) han apuntado este sábado que el principal sospechoso de los tiroteos que acabaron con la vida de 18 personas en Lewiston el pasado miércoles había evidenciado problemas de salud mental, lo que le habría hecho escuchar voces y creer que la gente estaba hablando de él.
Si bien la Policía aún no ha esclarecido la motivación del caso, el comisario de Seguridad Pública de Maine, Mike Sauschuck, ha confirmado que el sospechoso, Robert Card, mostraba signos de enfermedad mental. «Hay una paranoia, hay una parte de teórico de la conspiración», ha añadido Sauschuck en una comparecencia.
Asimismo, fuentes policiales encargadas de reconstruir la historia de Card han aseverado que el acusado pasó dos semanas en un centro de salud mental durante el verano, aunque no les consta ninguna visita «forzosa» a un centro de este tipo.
«Creo que hay una conexión con todos esos lugares, como si este caballero hubiera estado en ambos lugares», ha explicado Sauschuck, quien no ha aclarado si Card tenía alguna relación previa con alguna de las víctimas, algo que «hablaría de premeditación» y que comportaría un motivo «más allá de la crisis de salud mental que sabemos que existe».
Sauschuck ha añadido a los datos que ya se conocían –presentaba una aparente herida de bala autoinfligida– que Card fue encontrado alrededor de las 19.45 horas (hora local) del viernes en una caja de remolque sin llave, con dos armas de fuego, en un estacionamiento de desbordamiento a menos de una milla de donde se había encontrado previamente su vehículo.
Una investigación preliminar indica que Card habría caminado hasta el lugar donde lo encontraron, pero no deja claro cuanto tiempo llevaba muerto en ese momento.
Según Sauschuck, se han ejecutado doce órdenes de registro, incluidas la de un teléfono móvil y la de la casa de Card, donde había una nota dirigida a un ser querido con detalles sobre las claves de acceso de su teléfono e información bancaria. «No la describiría como una nota de suicidio explícita, pero el tono y el tenor eran que el individuo no iba a ser encontrado», ha agregado el agente.
Respecto a las tres armas de fuego halladas, todo apunta a que habrían sido adquiridas legalmente, aunque algunas de ellas fueran compradas justo antes de los tiroteos, según las autoridades.
El portavoz del Ejército de Estados Unidos ha confirmado que Card se alistó en la Reserva del Ejército en 2002 y que sirvió como especialista en suministro de petróleo, recibiendo varios honores militares durante sus 21 años de servicio.
Sin embargo, cuando Card fue desplegado este verano a la Unidad de Reserva del Ejército en el Centro de Entrenamiento Camp Smith en Cortlandt, Nueva York, sus oficiales al mando estaban tan preocupados por su estado mental que acudieron a la Policía para llevarlo al hospital y realizarle una evaluación cuyos resultados no han trascendido, por lo que se desconoce si durante la misma se le diagnosticó algún trastorno mental.
Las autoridades llevaban días buscando a Card, que abrió fuego en dos establecimientos de Lewiston a última hora del miércoles, matando a 18 personas e hiriendo al menos a otras 13.