Ha sido, sin duda, uno de los grandes datos de esta semana, el PIB preliminar de Estados Unidos del tercer trimestre, para el que se esperaba una subida por encima del 4% (desde el +2,1% del segundo trimestre) y que sorprendió con un alza que ronda el 5% (+4,9%). La pregunta es si esta fortaleza de la principal economía del mundo perdurará, y la respuesta del consenso es clara: habrá desaceleración en el cuarto trimestre.

Las últimas gestores y firmas de inversión que han publicado previsiones para los tres meses del año que quedan, coinciden en anticipar una desaceleración económica en EEUU, pero evitando una recesión. Así lo cree, por ejemplo, JP Morgan AM, tal y como contaba recientemente Lucía Gutiérrez-Mellado, su responsable de Estrategia en España y Portugal. «No nos parece sostenible el ritmo al que está creciendo ahora» EEUU, decía.

Los analistas están de acuerdo en que, en el tercer trimestre, podría haberse visto un pico de crecimiento de la economía estadounidense. «Hay evidencias que sugieren que el tercer trimestre podría ser el mejor del año», afirman desde CMC Markets. Desde Berenberg también consideran que el tercer trimestre «probablemente marque el punto máximo del ciclo actual de EEUU».

«En medio de una desaceleración en el empleo y el crecimiento de los salarios, los ingresos reales disponibles de los consumidores probablemente se estanquen en los próximos trimestres. En respuesta a tipos más altos, la construcción residencial y la inversión empresarial también pueden suavizarse modestamente», explica Holger Schmieding, economista jefe de Berenberg, junto a los economistas Kallum Pickering y Salomon Fiedler. «Por lo tanto, esperamos que el crecimiento de EEUU se desacelere a un promedio de aproximadamente el 1% (anualizado trimestralmente) entre el cuarto trimestre de 2023 y el segundo trimestre de 2024″, afirman.

Como casi todos los demás, los expertos de Berenberg también evitan hablar de una recesión en EEUU. Aunque ven «algunos riesgos a la baja» a medida que cada vez más deuda se refinancia a tasas más altas, la falta de excesos serios en la etapa tardía del ciclo «probablemente evitará un aterrizaje brusco», afirman.

Asimismo, Berenberg se refiere al momento en el que la Reserva Federal (Fed) comenzará a reducir tipos, cosa que espera para el segundo trimestre de 2024, momento en el que ven probable que la economía de EEUU pueda volver a acelerarse hacia el crecimiento tendencial. «Una recuperación gradual en la construcción residencial en respuesta a la creciente escasez de viviendas puede respaldar la recuperación», apuntan estos expertos.

¿AÚN NO ESTÁ DESCARTADA UNA RECESIÓN?

Callie Cox, analista de inversiones en EEUU de eToro, se muestra algo más prudente y dice que aún no se puede cantar victoria y descartar una recesión pese al buen dato de PIB del tercer trimestre.

«Aún no está descartada una recesión y la Reserva Federal todavía tiene a la economía en un aprieto. Las empresas también parecen estar retrayendo la inversión, señal de que podrían avecinarse más dificultades económicas», afirma. No obstante, reconoce que, a medida que pasan los días y mejoran los datos, parece que la Fed está logrando un aterrizaje suave con un daño mínimo para la economía.

«La preocupación, sin embargo, es que unos datos económicos sólidos puedan obligar a la Reserva Federal a pasarse con las subidas de tipos. Es una preocupación razonable con la rentabilidad de los bonos a 10 años en torno al 5%. Pero, en general, la economía estadounidense parece estar en un buen momento, por lo que el peor escenario parece estar descartado«.

La economía estadounidense se mostró increíblemente resistente el pasado trimestre. El crecimiento fue espectacular, principalmente debido a la cantidad de dinero que gastaron los estadounidenses. El gasto de los consumidores tuvo su mayor contribución al crecimiento económico desde finales de 2021, y los inventarios crecieron a medida que los minoristas se afanaban por satisfacer la demanda. «Es difícil decir que estamos en -o incluso cerca de- una recesión con este tipo de PIB», concluye Cox.