La economía española se frenó en el tercer trimestre, aunque no tanto como se esperaba. Entre julio y septiembre, el Producto Interior Bruto (PIB) creció un 0,3% intertrimestral, una décima menos que entre abril y junio. «Se trata de un enfriamiento respecto de la primera mitad del año», una «desaceleración que creemos que, probablemente, continuará en los próximos meses».

Así lo expresan los analistas de ING, que ven obstáculos crecientes para la economía en los próximos meses. «El ciclo de ajuste del Banco Central Europeo (BCE) ha quitado mucho oxígeno a la economía y seguramente comenzaremos a sentir el impacto en los próximos meses», aseguran.

¿En qué se basan para esta previsión? Como explican, la última encuesta sobre préstamos bancarios muestra que los estándares crediticios se endurecen aún más y la demanda de crédito de empresas y hogares cayó bruscamente en el tercer trimestre en España, «lo que no augura nada bueno para la actividad inversora». Además, «las finanzas de los hogares se verán sometidas a una mayor presión en los próximos meses», dicen.

Añaden que la recuperación del poder adquisitivo gracias a un mayor crecimiento de los salarios nominales, un fuerte crecimiento del empleo y un enfriamiento de la inflación ha impulsado el crecimiento español este año. «Sin embargo, el crecimiento del empleo se está desacelerando y los tipos de interés más altos y los mayores precios de los combustibles también amenazan con ejercer presión sobre las finanzas de los hogares».

Además, estiman que la contribución del sector turístico también será menor el próximo año. Y tampoco deberíamos esperar un fuerte repunte del sector manufacturero. «Si a esto le sumamos una economía global en desaceleración, con una eurozona estancada, EEUU que parece estar en su apogeo y China que lucha por recuperar el ritmo, parece probable que se produzca una nueva desaceleración en los próximos meses«.

«Todos estos obstáculos frenarán el impulso de crecimiento de España». Con este escenario, en su opinión, la tasa de crecimiento promedio será del 2,5% para 2023 y se desacelerará al 1,2% el próximo año. Cifras diferentes a las estimaciones que hacen los expertos de Pantheon Macroeconomics, que vaticinan un crecimiento del 2,4% este año y del 1,7% en 2024.

En este caso, consideran que el crecimiento trimestral se desacelerará un poco más en el cuarto trimestre, al 0,2%, y esperan otra caída en la inversión, «ya que los altos tipos de interés continúan disuadiendo la inversión, y sospechamos que el comercio neto seguirá siendo un lastre para el crecimiento, compensando aumentos en el consumo, a medida que la inflación retrocede después de aumentar durante el tercer trimestre».

«Si estamos en lo cierto, el PIB español crecerá un 2,4% este año, más de lo que esperamos para el resto de las cuatro grandes economías de la eurozona«, añaden. Algo en lo que coinciden con ING, donde señalan que, «a pesar de la desaceleración, se espera que España se encamine a un crecimiento muy por encima del 0,5% previsto para la eurozona».

Destacan que, «debido a algunas diferencias estructurales favorables, la economía española ha demostrado ser mucho más resistente que la de otros países. El mayor peso del sector turístico apuntaló el crecimiento. España experimentó una fuerte temporada turística y se benefició de una mayor recuperación de todas las actividades relacionadas con el turismo a sus niveles anteriores al Covid. Además, el sector manufacturero en dificultades tiene un peso menor en España. Finalmente, la economía española está mucho menos expuesta que otras a la debilitada economía china».

Por su parte, en Oxford Economics vaticinan que el crecimiento seguirá siendo débil en el corto plazo, «ya que el ajuste monetario sigue siendo un importante obstáculo y los consumidores en España y sus mercados de exportación siguen siendo reacios a utilizar los ahorros acumulados durante la pandemia».