Fundido a negro. Desde última hora de este viernes no llegan noticias de Gaza. Ni los medios de comunicación podemos contactar con los testigos de los bombardeos más intensos desde el 7 de octubre ni la inmensa diáspora palestina puede hablar con los suyos. Tampoco las agencias de la ONU u organizaciones como Médicos Sin Fronteras son capaces de contactar con sus equipos sobre el terreno. Las redes telefónicas e Internet han quedado cortadas debido a los ataques aéreos israelíes sobre las líneas de alimentación y las torres, ha informado la Compañía Palestina de Telecomunicaciones.
Sin luz ni taquígrafos, el Comité para la Protección de los Periodistas ha declarado este sábado estar «muy alarmado por los informes generalizados de un apagón de las comunicaciones en Gaza». «La guerra entre Israel y Gaza ha entrado en una nueva fase con la intensificación de los bombardeos y las operaciones terrestres de las fuerzas israelíes», desliza en un comunicado.
El mundo está perdiendo una ventana a la realidad de todos los bandos implicados en este conflicto
«A medida que las redacciones pierden el contacto con sus equipos y reporteros en Gaza, que son testigos independientes para proporcionar información sobre los acontecimientos y el coste humano de esta guerra, el mundo está perdiendo una ventana a la realidad de todos los bandos implicados en este conflicto», alerta una organización con sede en Estados Unidos que ha denunciado la muerte de 29 periodistas, 22 de ellos palestinos, desde el 7 de octubre.
«Durante las últimas tres semanas, el CPJ ha documentado el periodo más mortífero para los periodistas que cubren el conflicto desde que el CPJ comenzó a realizar el seguimiento en 1992. Del 7 al 27 de octubre, al menos 29 periodistas se encuentran entre los más de 8.000 muertos en ambos bandos desde que comenzó la guerra», ha manifestado.
Acoso, detenciones y otros obstáculos
A su juicio, «a esta mortífera cifra se suman el acoso, las detenciones y otras obstrucciones a la labor informativa en zonas que incluyen Cisjordania e Israel. Como la capacidad de los periodistas para recopilar noticias y obtener testimonios es cada vez más limitada, la capacidad del público para conocer y comprender lo que está ocurriendo en este conflicto se ve gravemente comprometida, con probables ramificaciones en todo el mundo».
La organización advierte de que «un apagón de comunicaciones es un apagón de noticias». «Esto puede acarrear graves consecuencias, con un vacío de información independiente y objetiva que puede llenarse con propaganda mortal, desinformación y desinformación. El CPJ es consciente de que muchos periodistas permanecen sobre el terreno en Gaza y muchos periodistas internacionales han acudido a Israel para cubrir la guerra».
«Recordamos a todas las facciones beligerantes -incluso fuera de las fronteras internacionalmente reconocidas de Israel- que los periodistas son civiles y deben ser respetados y protegidos por todas las partes beligerantes de acuerdo con el derecho internacional humanitario. Los ataques deliberados contra periodistas o infraestructuras de medios de comunicación constituyen posibles crímenes de guerra», indica.
«En esta hora aciaga, estamos con los periodistas, con esos buscadores de la verdad cuyo trabajo diario nos mantiene informados con hechos que arrojan luz sobre la condición humana y ayudan a pedir cuentas al poder».