Un homicidio. Esta es la conclusión de la autopsia que los profesionales del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Aragón (Imlcfa) practicaron ayer al vecino que apareció degollado en el interior de su vivienda ubicada en el barrio de Las Fuentes. Descartada por completo la hipótesis de que I. G. H. decidiera acabar con su propia vida, el Grupo de Homicidios de la Jefatura Superior de Policía de Aragón trabaja ahora para dar con el paradero de este homicida. Según ha podido saber EL PERIÓDICO DE ARAGÓN, no se ha descartado ninguna hipótesis que pueda explicar qué hay detrás de un caso que recuerda a algunos de los capítulos más misteriosos de la crónica negra de la comunidad aragonesa.
Las alarmas saltaron a primera hora de la mañana de ayer, cuando los servicios sociales del Ayuntamiento de Zaragoza se personaron en el domicilio del finado porque no respondía a sus requerimientos. Lo hicieron en compañía de una patrulla de la Policía Local y, al no recibir respuesta desde el interior de la vivienda, solicitaron el apoyo de una dotación de bomberos del consistorio zaragozano. Fueron ellos quienes procedieron a abrir la puerta del piso y fue entonces cuando se encontraron con el cuerpo sin vida de este hombre de 48 años, que presentaba un profundo corte en el cuello.
A partir de ese momento, el Grupo de Homicidios se hizo encargo de una investigación que, sin los resultados de la autopsia, no podía confirmar si se trataba de un homicidio o de un suicidio. Tal y como adelantó ayer este diario, el examen forense llevó ayer en las instalaciones del Imlcfa, donde se descartó por completo que I. G. H. se autoinfligiera ese corte en el cuello. Con todos estos datos ya sobre la mesa, los esfuerzos se centran ahora en dar con el paradero del criminal.
La Policía Científica estuvo recabando pruebas en el edificio hasta bien entrado el mediodía. Tomaron muestras de huellas en la barandilla y en las escaleras en aras de obtener el más mínimo indicio para orientar los esfuerzos de la investigación. Tal y como señalaron los vecinos del inmueble, la víctima vivía sola tras el fallecimiento de sus padres y, a su cargo, tenía un husky y dos gatos. De hecho, las mascotas fueron retiradas de la vivienda.
La sorpresa cundió entre los vecinos del edificio, con quienes se llegaron a entrevistar los agentes a lo largo de la mañana hasta que abandonaron el edificio en torno a las 13.30 horas. Varios de ellos reconocieron que mantenían una buena relación el fallecido –«era un buen hombre y muy buena persona», dijo uno–, a quien era habitual verle pasear por el barrio acompañado de su can. «Hace dos o tres días estaba ahí en la acera con el perro. Cruzaba de allí y yo me marchaba por el otro lado», añadió otra vecina, con quien guardaba «buena amistad».
La causa la dirige el Juzgado de Instrucción número 11 de la capital aragonesa, que ayer en funciones de guardia se hizo cargo de las pesquisas. El juez autorizó el levantamiento del cadáver a las 13.00 horas de este miércoles, que fue trasladado al Imlcfa por parte del furgón de la Hermandad de la Sangre de Cristo.