Marcelino no está acostumbrado a ponerse delante de las cámaras, por lo que se ha bloqueado en su primer día como conductor de un programa de cocina en televisión.
Este nuevo desafío no está siendo como él esperaba debido a los problemas familiares que está viviendo y se siente desmotivado, pero ya no puede echarse para atrás porque tendría que pagar una indemnización de doscientas mil pesetas.
Sin embargo, en medio de un bajón, Marcelino ha encontrado en Lola la inspiración y el impulso que necesitaba para triunfar frente a las cámaras.
Su hija le ha transmitido la confianza necesaria para superar sus miedos y demostrar su talento delante de todos. «Eres el que siempre dice que un Gómez nunca se rinde. Eres el mejor y sé que lo vas a hacer fenomenal. Confiamos en ti», le ha dicho.
Después de una breve pausa, el marido de Manolita ha sorprendido a todos los presentes con su habilidad para interactuar con el espectador y su seguridad en pantalla, recibiendo aplausos y felicitaciones de parte de todos: «Esto es viajar a la casa de la abuela, la comida que te abraza. Esto, queridos amigos, es lo que tenéis que cocinar. Si queréis cocinar divino, cocinad con Marcelino».