Hoy más tarde, los líderes de la UE debatirán si piden o no una “pausa humanitaria” en la guerra de Israel contra Hamás, añadiendo otra crisis en la periferia de la UE a la invasión rusa de Ucrania.

Desde el inesperado ataque de Hamás a Israel el 7 de octubre, la Unión Europea ha luchado por mantener tanto su unidad como su influencia ante la crisis que envuelve a Oriente Próximo.

La escalada de violencia ha desviado la atención de Europa en un momento en que crece el escepticismo sobre la capacidad de Occidente para seguir respaldando a Ucrania en su lucha contra Rusia.

Irlanda y España, por ejemplo, se encuentran entre los miembros más pro palestinos del bloque de 27 naciones, mientras que Alemania y Austria figuran entre sus más firmes partidarios de Israel.

Un borrador de declaración para la cumbre, negociado durante varios días, pedía “un acceso humanitario continuo, rápido, seguro y sin obstáculos y que la ayuda llegue a los necesitados a través de todas las medidas necesarias, incluida una pausa humanitaria”.

Dicha declaración, que podría ser revisada tras la cumbre de Bruselas, se queda corta respecto a las exigencias de la ONU de un “alto el fuego”.

Sin querer atar las manos a Israel, Alemania se ha planteado abogar por “ventanas” o “pausas” humanitarias en lugar de un alto más permanente.

Un alto funcionario de la UE dijo una vez: “Las letras, las comas, el lenguaje importan, y así es como se llega a acuerdos”.