Calma tensa a las puertas del Comité Federal del PSOE. Ferraz pulsará este sábado el estado de ánimo dentro del partido en un contexto marcado por las negociaciones para la investidura. Con la amnistía como elefante en la habitación, en la dirección buscarán poner el foco en el acuerdo programático con Sumar, con un respaldo transversal en las federaciones, para alentar el apoyo orgánico a “cuatro años más” de gobierno de coalición. De hecho, el objeto de la reunión del máximo órgano entre congresos, la primera tras las elecciones generales del pasado 23-J, se centra convocar una consulta a las bases para avalar el acuerdo e, indirectamente, dar carta blanca para empujar la investidura con el resto de socios potenciales.
El debate sobre la amnistía se da por “amortizado” en la mayoría de territorios. Los barones socialistas que no deslizan su posición favorable niegan preocupación al asumir que los acuerdos tendrán como marco los límites de la Constitución. En la dirección rebajan sus efectos electorales al comparar la posibilidad de “pasar página” del ‘procés’ con los indultos. En las últimas horas, solo el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha alzado la voz, como viene haciendo durante las últimas semanas, para situar la amnistía fuera de la Carta Magna. “Si no está en la Constitución es porque se debatió y se descartó”, aseguró este miércoles. Eso sí, celebró el acuerdo alcanzado con Sumar y lo calificó como “positivo”.
La voz de Page es la única que se ha opuesto en público a una hipotética amnistía. El aragonés Javier Lambán ha mostrado sus dudas, aunque con menor intensidad. Sin embargo, no está claro que sus posiciones se escuchen este sábado en Ferraz. En el entorno del presidente de Castilla-La Mancha dejan en el aire su asistencia debido a que este viernes y sábado tiene planificado un viaje a Francia que mantendrá en la agenda. “Intentaremos llegar”, apuntan las mismas fuentes, avanzando que si finalmente lo hacen su intención es “dejar constancia del análisis” que hacen sobre las negociaciones con los independentistas. Lambán, por su parte, se encuentra todavía convaleciente después de recibir hace pocos días el alta hospitalaria tras una intervención. La práctica mayoría de secretarios generales ya habían confirmado este miércoles su asistencia.
Se escuche o no la voz del castellano-manchego, tradicionalmente crítico con cualquier negociación con los soberanistas, la pulsión interna está lejos de situarse en la contestación. “La amnistía está amortizada porque la gente cree que está dentro del marco constitucional y porque la mayoría tiene en mente o Vox o Sánchez y prefiere Sánchez”, explica un alto cargo territorial con asiento en el Comité Federal. “Lo de la amnistía está descontado desde hace tiempo”, explican desde otra federación. Su secretario general, además, “está a favor” del alivio penal, añaden las mismas fuentes para argumentar que “no le va bien a España que [Carles] Puigdemont siga fuera”.
Desde otra federación apuntan que quienes votaron el pasado 23-J “a la izquierda o los partidos nacionalistas ya daban por descontado esta situación”. Otros territorios pone el foco en su convencimiento de que “cualquier acuerdo que se alcance respetará el marco constitucional” y en señalar que a su comunidad y a España “les viene bien que haya un gobierno de progreso”. Por precaución, por convicción o porque se prioriza que Pedro Sánchez forme gobierno, se vaticina un respaldo mayoritario en la reunión del comité federal de este sábado.
Sobre lo que sí se dejan entrever más dudas e intranquilidad dentro del partido es respecto al debate territorial que pueda abrirse esta legislatura. En el acuerdo de coalición firmado entre Pedro Sánchez y Yolanda Díaz la única referencia a este asunto tiene que ver con el impulso de un nuevo modelo de financiación autonómica. Concretamente, “un modelo basado en los principios de equidad, solidaridad, autonomía financiera, corresponsabilidad fiscal, suficiencia financiera y lealtad institucional para garantizar la igualdad de acceso de la ciudadanía a los servicios públicos, y que corrija la infrafinanciación de determinadas Comunidades Autónomas”.
Tanto en el PSOE como en Sumar justifican que se profundice más en el debate sobre el modelo territorial porque el acuerdo se centra en el “corazón” de la legislatura. Además, entienden que se trata de cuestiones que están “en otra mesa de negociación”. Precisamente, el líder del PNV, Andoni Ortuzar, ha sacado a relucir durante los últimos días la reivindicación de un reconocimiento a Euskadi como nación. En diferentes entrevistas, el presidente del Euzkadi Buru Batzar insistió en que “hay que hablar de la nación vasca” y que es el momento de negociar un nuevo estatus para Euskadi. Desde Junts también se han lanzado filtraciones, dirigidas a los sectores más reticentes con la negociación, refiriéndose a la posibilidad de reconocer a Cataluña como una “minoría nacional”. El Tribunal Constitucional ya validó en el preámbulo del Estatut los términos «nación» y «realidad nacional» referidos a Cataluña por «carecer de eficacia jurídica interpretativa».
Proceso autonómico
Los límites del debate territorial sí causan mayor intranquilidad por las asimetrías o desigualdades que pueda generar entre territorios. Los socialistas tienen bien definidos sus límites respecto a este asunto en las resoluciones de sus congresos y nunca se ha defendido un marco plurinacional. Tampoco la “nación de naciones” que defendió el PSC y que en la Declaración de Granada, de la que beben las resoluciones de los socialistas, se apartó. El límite se sitúa en el reconocimiento de las singularidades de distintas nacionalidades y regiones y sus consecuencias concretas, como la lengua propia, la cultura, la foralidad, los derechos históricos, la insularidad, la organización territorial o peculiaridades históricas de derecho civil.
Para alejar este fantasma, el líder de los socialistas andaluces, Juan Espadas, que preside el Consejo de Política Territorial del partido, defendió un proceso autonómico “simétrico y no asimétrico”. Lo hizo durante el último debate en la Comisión General de las Comunidades Autónomas del Senado leyendo una intervención previamente consensuada con Ferraz. En esta línea, defendió “la igualdad de oportunidades y la convivencia pacífica entre territorios como meta de ese proceso autonómico, compartido y no excluyente, en el que cabemos todos”. Desde una de las federaciones con más pulsión periférica defienden que se debe abordar el debate territorial y hacerlo “sin complejos”. “Es mejor tener a la gente contenta dentro de España que molesta dentro de España”, argumentan. Con todo, en este asunto se dejan sentir más los recelos dentro de la organización.
Más allá del debate interno que se produzca, el Comité Federal convocará una consulta a las bases que esperan materializar en el plazo de una semana. Hace cuatro años, pasaron diez días desde que se firmó el preacuerdo entre Pedro Sánchez y el por entonces líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, hasta que los socialistas colocaron las urnas. Cinco desde que la ejecutivo convocó la consulta, comprimiendo en este plazo tanto la campaña informativa como la preinscripción para el voto electrónico. Los socialistas se ajustarán con su consulta a lo que marcan los estatutos del partido, sin intención de incluir alusiones a otros posibles acuerdos parlamentarios ni sus contenidos, como sería la amnistía en el caso de Junts y ERC.
El objetivo ahora es acelerar el resto de acuerdos para la investidura, aunque sin fijar una fecha si antes no hay un preacuerdo tanto con ERC como con Junts. El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, aseguraba este miércoles desde Bruselas, antes de asistir a la reunión de la Cumbre Social Tripartita, que tras el pacto con Sumar “tenemos la investidura cada vez más cerca”.