Turquía intensifica sus esfuerzos para integrar el sistema de misiles antibuque Atmaca en sus cazas F-16, potenciando así sus capacidades militares marítimas.

Los recientes informes de los medios turcos destacan que Turquía está en las fases avanzadas de establecer la primera configuración autóctona del sistema de misiles Atmaca, haciéndolo compatible con los F-16. Este paso crucial no solo amplifica la potencia de fuego de los F-16, sino que también fortalece su competencia en operaciones antibuque.

Además, mientras el Mando de la Armada turca continúa incorporando misiles Atmaca, está desarrollando paralelamente la versión aérea del misil, que hasta ahora solo se había utilizado en buques de guerra.

La introducción del Atmaca Block-I promete revitalizar los anticuados F-16 PO-III/PO-IV de Turquía, brindándoles capacidades de ataque mejoradas. El proceso de integración se enfocará en actualizar las tecnologías asociadas con la planificación de misiones, el control de disparo y la transmisión de datos, acorde con las exigencias de la guerra moderna aire-mar.

Este avance permitirá a los F-16 turcos lanzar misiles Atmaca, complementando su arsenal con misiles SLAM-ER controlados por IIR. Mediante el trabajo de Roketsan, Turquía está creando un equivalente nacional al misil americano AGM-84L-1. Es importante mencionar que la versión aérea del Atmaca no contará con un propulsor adicional.

El ATMACA (Accipiter), concebido por Roketsan, es un misil de crucero antibuque de alta precisión y largo alcance, capaz de operar en todas las condiciones meteorológicas. Está previsto que el Atmaca reemplace progresivamente los misiles Harpoon en servicio, reforzando el inventario militar de Turquía.

Este misil innovador, con un sistema de guía por radar activo, puede alcanzar objetivos a aproximadamente 250 kilómetros de distancia. Su eficacia quedó demostrada en pruebas realizadas en noviembre de 2019 y junio de 2021, donde se logró un impacto preciso en objetivos marítimos.

El Atmaca se guía utilizando múltiples sistemas, incluyendo GPS, navegación inercial, altímetros barométricos y de radar, permitiéndole identificar y atacar objetivos con extrema precisión. Ofrece una amenaza significativa a objetivos más allá del horizonte visual debido a su ojiva explosiva y su capacidad de volar a baja altura (Super Sea Skimming), dificultando su detección.

Además, su avanzado sistema de enlace de datos le permite realizar funciones de planeación de misiones en 3D, reasignación de objetivos y cancelación de misiones. Su diseño le permite mantenerse prácticamente indetectable, acercándose a los objetivos a ras de la superficie marina.