Tras conocer el caso de Laia, una mujer a quien le estafaron 20.000 euros después de que los estafadores le llamaron desde el propio teléfono de la entidad bancaria, hemos conocido a Patricia Garralda, cuya cuenta se quedó a cero después de que unos ladrones se hicieran pasar por su entidad.

Esta mujer estaba abriendo su propio negocio, está separada y tiene dos hijos con custodia plena. Tenía 24 mil euros ahorrados, pero el pasado mes de febrero recibió un correo electrónico.

En él le avisaban de que habían accedido a la aplicación del banco desde un dispositivo que no solía utilizar, y es en ese momento cuando Patricia intentó llamar al número que indica el correo.

Sin embargo, nadie respondió y bloquearon la línea directamente y recibió una llamada posteriormente. «Eran muy profesionales y tenían todos mis datos», ha explicado.

Patricia negó entonces que el nuevo dispositivo vinculado con su cuenta fuera de ella, y la solución que le dan los estafadores es bloquear la cuenta y suspender las tarjetas.

Todo eso después de haber visto con ellos en la aplicación que efectivamente había otro dispositivo vinculado y se mostraron dispuestos a ayudarle.

Es en ese momento cuando los estafadores aprovechan para realizar hasta 8 transferencias de 2 mil euros a cuentas del extranjero, e incluso intentaron pedir un crédito, pero no pudieron por falta de documentación.

«Eran muy profesionales y tenían todos mis datos»

Durante dos semanas, Patricia no pudo acceder a su cuenta. Diariamente hablaba con el que supuestamente era el banco y, un día, harta de no obtener soluciones, comenzó a sospechar.

Decidió entonces llamar de nuevo y le dieron cita para acudir a la sucursal dos días después.

Cuando acudió, le dijeron que ellos no le habían dado cita y que había sido víctima de una estafa de la que el banco no se hace cargo porque «es su responsabilidad».