El pacto programático de PSOE y Sumar para reeditar el gobierno de coalición progresista ha levantado ampollas entre la clase empresarial. Con las patronales en pie de guerra y lanzando duras críticas por la forzosa reducción de jornada laboral y las subidas fiscales que se preparan, y con grandes compañías como Repsol amenazando con frenar inversiones si se prolonga el nuevo impuesto a las energéticas, la vicepresidenta Nadia Calviño ha tenido que salir al paso dando cal y arena: ofreciendo diálogo y ensalzando la necesidad de acuerdos (en un congreso con empresarios), y contraponiendo las críticas con firmeza a la buena marcha de las grandes compañías y de la economía en general en los últimos años (en una entrevista televisiva).
«Estamos viendo que las empresas publican y anuncian en estos días beneficios récord. A los empresarios nunca les ha ido tan bien como con nuestro Gobierno y el programa para la próxima legislatura sigue una línea de responsabilidad para culminar todo este proceso de modernización de nuestra economía”, destacó la vicepresidenta y ministra de Asuntos Económicos en una entrevista con La Sexta. “Ése es el mensaje que yo creo que estamos dando en estos días y tendría que llevar a un mensaje positivo también del mundo empresarial, porque les ha ido muy bien en estos años, incluso en una coyuntura tan difícil».
El discurso habitual del equipo económico del Gobierno pasa por destacar la buena marcha de la economía española y del empleo a pesar a todos los obstáculos del escenario económico global de los últimos años (pandemia, guerra de Ucrania, ahora la de Oriente Próximo…) y subrayar la confianza que dice detectar entre los inversores internacionales en la economía del país a través de grandes proyectos.
«La economía española sigue yendo con fuerza en el contexto internacional tan complejo y las perspectivas son positivas para los próximos años», insistió Calviño. “Lo importante es que siga habiendo crecimiento, que las empresas tengan beneficios y que una parte de esos beneficios revierta al funcionamiento de nuestro sector público y todo lo que es nuestra sociedad», enfatizó para defender el endurecimiento de la fiscalidad a las empresas.
Diálogo y acuerdos
Tras la entrevista televisada, Calviño intervino junto al Rey Felipe VI en el XXII congreso de la Confederación Española de Directivos y Ejecutivos (CEDE), que se celebró este jueves en Granada. Una cita ante 2.300 empresarios y directivos en la que fue recibida con frialdad, en contraste con los aplausos concedidos al presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno (“Juego en casa”, bromeó).
Ante el público empresarial, Calviño ensalzó la necesidad de demostrar la “capacidad de diálogo” y de “llegar a acuerdos”, destacando que la conveniencia de “huir de posiciones extremas”. Un ofrecimiento de negociación y acuerdo que también transmite la vicepresidenta a las patronales tan críticas con la propuesta de reducir la jornada laboral hasta las 37,5 horas semanales, prometiendo que esta medida se abordará en el marco del diálogo social de empresarios y sindicatos.
«Todas las reformas en el mercado de trabajo se han hecho con diálogo en estos años y en esa misma línea vamos a seguir. El acuerdo lo dice con mucha claridad. El diálogo social va a seguir siendo un principio fundamental de toda la acción de política económica del próximo Gobierno de coalición y en este contexto se enmarca cualquier medida para poder hablar del horario de trabajo», ha subrayado.