La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, considera que la economía de la eurozona de dirige hacia un estancamiento durante los próximos trimestres y que la lucha contra la inflación va bien, aunque la falta de un acuerdo regional sobre reglas fiscales se está convirtiendo en un dolor de cabeza.

Así lo ha manifestado este lunes durante una llamada telefónica con los presidentes de la Comisión Europea, el Consejo Europeo y el Eurogrupo, de la que se hace eco ‘Bloomberg’, que cita a personas familiarizadas con el asunto.

En este sentido, la sensación de confianza de Lagarde en el progreso de la inflación contrasta con algunos comentarios recientes que sugieren que el crecimiento de los precios subyacentes sigue siendo «elevado». En cuanto a la economía, a pesar de que el empleo se mantiene, cree que muestra signos de debilitamiento.

Asimismo, la titular del BCE ha hecho saber que los mercados tienden a reaccionar instantáneamente a las divisiones en el seno europeo sobre Oriente Medio, y ha indicado que las diferencias entre países serán más amplias si el bloque no se une más.

Además, Lagarde ha mostrado su inquietud ante la idea de que si no se llega a un acuerdo sobre cómo interpretar el Pacto de Estabilidad y Crecimiento de la UE a tiempo para enero, cuando se restablecerá la norma que limita los déficits al 3% de la producción, habrá un problema porque se corre el riesgo de ejercer presión para que se haga más sobre la política monetaria.

A este respecto, Paschal Donohoe, que dirige el Eurogrupo de ministros de Finanzas, ha afirmado, según las fuentes de ‘Bloomberg’, que hay mucho en juego para llegar a un acuerdo este año y que es factible pero muy difícil. Mientras tanto, ha destacado la importancia de ratificar el tratado del Mecanismo Europeo de Estabilidad, algo que Italia, hasta ahora, no ha hecho.

El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, por su parte, ha estimado que será muy difícil llegar a un compromiso sobre las reglas fiscales ya que las posiciones siguen muy alejadas.

Esta conversación se produce pocos días antes de que el BCE lleve a cabo una reunión de política monetaria trascendental, en la que el consenso prevé que realizará una pausa, «ya que el ciclo de política monetaria ha alcanzado una fase en la que los riesgos de endurecimiento excesivo y de endurecimiento insuficiente están más equilibrados», comenta Konstantin Veit, gestor de carteras en Pimco.