En respuesta a declaraciones del secretario general de la ONU, Antonio Guterres, Israel ha suspendido la emisión de visados a representantes de dicha organización internacional.
El miércoles, las autoridades israelíes tomaron la medida de detener la expedición de visados a los funcionarios de la ONU. Esta decisión sigue a las recientes afirmaciones de Antonio Guterres respecto al ataque de Hamás el 7 de octubre, que sugirió fueron instigados por acciones israelíes.
La tensión aumentó significativamente, con funcionarios israelíes exigiendo una disculpa o la renuncia de Guterres, argumentando que sus comentarios fomentan el antisemitismo. Esta postura fue respaldada por críticas adicionales de representantes de instituciones relevantes, incluido el presidente del museo Yad Vashem en Jerusalén.
Un representante del gobierno de Israel, que optó por mantener su nombre en reserva, confirmó la nueva política de visados. Gilad Erdan, embajador de Israel en la ONU, subrayó la firmeza de esta postura en una entrevista, explicando que ya se ha negado un visado a Martin Griffiths, secretario general adjunto de asuntos humanitarios, y que es momento de que la ONU reciba “una lección”.
Las declaraciones controvertidas de Guterres se realizaron durante una sesión del Consejo de Seguridad de la ONU, donde señaló que la masacre de Hamás no surgió de manera aislada, haciendo referencia a “la prolongada ocupación y las adversidades enfrentadas por los palestinos”. Además, también afirmó que las acciones de Hamás “no justifican represalias colectivas contra los palestinos”.
La historia reciente ha visto a Israel y Hamás en una constante confrontación. Israel llevó a cabo una retirada completa de la Franja de Gaza en 2005, pero ha enfrentado ataques continuos de Hamás y otros grupos terroristas desde entonces. Además, desde que Hamás asumió el control de Gaza en 2007, tanto Israel como Egipto han impuesto un bloqueo estricto, citando necesidades de seguridad y prevención de actos terroristas.
Las palabras de Guterres han provocado una fuerte reacción dentro de Israel, con varios líderes y funcionarios expresando su descontento y desacuerdo con su enfoque, etiquetándolo de varias maneras, desde “chocante” hasta “apologista del terror”. Esta situación ha llevado a cancelaciones de reuniones y una creciente demanda de responsabilidad y cambio en la postura de la ONU.
El miércoles, la tensión aumentó cuando el Ministerio de Asuntos Exteriores de Israel criticó enérgicamente a Antonio Guterres por sus comentarios relacionados con el ataque terrorista de Hamás el 7 de octubre. Según el ministerio, las palabras de Guterres generaron “ira y asombro”, acusándolo de mantener una postura “sesgada y distorsionada” hacia Israel. Se pide que el secretario general se retracte y ofrezca disculpas por unas declaraciones que, según ellos, han afectado a millones de israelíes.
Yuli Edelstein, miembro del Likud y presidente de la Comisión de Asuntos Exteriores y Defensa de la Knesset, expresó su shock en una carta abierta a Guterres. Subrayó la irresponsabilidad de las palabras de Guterres, afirmando que sus comentarios daban legitimidad a los actos terroristas. Edelstein también compartió su indignación en las redes sociales, destacando el peligro de dichas declaraciones en el contexto del aumento del antisemitismo global.
Altos dirigentes, incluido el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, han descrito los eventos del 7 de octubre como el ataque más devastador contra los judíos desde el Holocausto. Dani Dayan, presidente de Yad Vashem, después de un encuentro previo con Guterres, señaló que el secretario general había “fallado la prueba del «Nunca más»” al no asegurar que atrocidades similares no se repitan. Resaltó la brutalidad del ataque de Hamás y la necesidad de una condena mundial sin ambigüedades.
En el ataque referido, Hamás lanzó una ofensiva intensa contra Israel, utilizando miles de cohetes y una infiltración masiva en territorio israelí. Este acto terrorista resultó en la masacre de cientos de civiles, incluyendo 260 personas en un festival musical, con numerosos casos de tortura y secuestro reportados.
En respuesta, Israel ha iniciado operaciones militares en la Franja de Gaza, con el objetivo de erradicar a Hamás. Las fuerzas israelíes han instado a la evacuación de áreas específicas para minimizar las bajas civiles. Mientras tanto, el Ministerio de Sanidad en Gaza, controlado por Hamás, informó de miles de palestinos muertos, aunque estos datos aún requieren verificación independiente y se cree que incorporan bajas de Hamás y víctimas de cohetes fallidos lanzados desde Gaza.