La incautación de la droga se produjo durante la madrugada del pasado lunes, en la carretera que une Sant Joan de Labritja con una de las calas del municipio. Los agentes de Aduanas, cuerpo policial dependiente de la Agencia Tributaria, han incrementado las vigilancias en determinadas zonas susceptibles de ser utilizadas por las organizaciones de narcotraficantes para introducir droga en Baleares.

Una de estas patrullas se topó en medio de la noche con tres furgonetas que circulaban apenas sin luces. El encontronazo fue tan imprevisto que dos de los vehículos sospechosos chocaron entre sí al frenar. Al verse descubiertos, los ocupantes de las furgonetas salieron corriendo campo a través en medio de la oscuridad.

Los miembros de la patrulla de Aduanas comprobaron que las tres furgonetas estaban cargadas hasta los topes de fardos, que contenían «ladrillos» de hachís. Ante la evidencia de que se trataba del transporte de un gran alijo de droga que acababa de ser descargada en alguna cala de la isla, los agentes solicitaron apoyo a las otras patrulla de servicio, que acudieron con urgencia al lugar y realizaron batidas por la zona para localizar a los sospechosos.

Fue en vano. Los narcos lograron huir, si bien los agentes prosiguen las investigaciones para tratar de localizarles.

La droga intervenida en Ibiza. SVA


216 fardos de hachís

Una vez examinada la carga de las furgonetas se comprobó que trasladaban un total de 216 bultos de arpillera con paquetes de hachís, con un peso bruto aproximado de 8.300 kilos. Se trata del mayor alijo de droga intervenido nunca en Baleares, por encima del que fue capturado en 2001 en aguas de Cala Rajada a bordo de la embarcación Sol de España, que alcanzó los 7.700 kilos de hachís.

La droga intervenida en Ibiza alcanzaría un valor en el mercado negro de más de catorce millones de euros, por lo que fue trasladado por una patrullera de Vigilancia Aduanera en medio de grandes medidas de seguridad.

Los responsables de Vigilancia Aduanera han incrementado los controles en determinados puntos de Baleares ante las sospechas de que las bandas de narcotraficantes, una vez finalizada la temporada turística, pueden aprovechar para tratar de introducir grandes partidas de hachís en las islas. La droga viaja desde Marruecos a bordo de lanchas semirrígidas, con una capacidad para trasladar hasta tres toneladas de carga, y una vez en Baleares es almacenada, para emprender la ruta hacia Europa en camiones, camuflada entre la carga legal.

De hecho, estos servicios de vigilancia permitió al SVA capturar otro gran alijo, de 875 kilos de hachís, el pasado mes de febrero en otra cala de Ibiza.