El club ubicado en la Platja de Palma fue testigo de la formación y auge del primer número uno del Mundo del tenis mallorquín y español Carlos Moyá, campeón también de Roland Garros (1998) y de la Copa Davis (2004). Después de jubilarse, Coll siguió vinculado al tenis como miembro del estamento arbitral y jugador en categoría de veteranos hasta los ochenta años de edad.

«El tenis balear queda eternamente agradecido a su inestimable labor y traslada a su familia y allegados el más sentido pésame», apostilló la FTIB en un obituario publicado en sus perfiles oficiales en las redes sociales.