Segundos después de que la treintena de residentes del número 6 de la calle Alfonso X el Sabio fueran rescatados del edificio en llamas, todos verbalizaron la misma convicción de lo que pudo haber ocurrido: señalaron a un vecino que también okupó el inmueble durante un tiempo como causante del fuego.
Pese a que la Policía Científica y Judicial de la Comisaría de la Policía Nacional no apercibiesen ni un solo indicio de que el incendio hubiese sido provocado, los agentes igualmente decidieron investigar a este varón sobre el que los vecinos centraban sus sospechas por haberles amenazado con anterioridad llegando a plantar varios conatos en el edificio, según indicaron entonces.
Geolocalización
Realizadas las correspondientes pesquisas, la Policía ha llegado a la conclusión inequívoca de que este okupa no estuvo implicado en el incendio. Una de las diligencias acordadas por la magistrada que instruye la causa –que se sigue por un delito de incendio con riesgo para la vida– versaba sobre la geolocalización del teléfono móvil del sospechoso. Los resultados ponen de manifiesto que este varón no solo no se encontraba en las inmediaciones del edificio, sino que directamente el terminal lo sitúa fuera de Vigo.
De esta forma, quedaría descartada su participación en el incendio pese a ser señalado inicialmente por los vecinos. Lo cierto es que de las declaraciones que han ido tomando los agentes del grupo de Homicidios al frente de la investigación, solo un afectado afirmó que, según sus sospechas y si tuviese que señalar a alguien, apuntaría a dicho vecino, pero reconoce que en ningún momento lo vio, y mucho menos con garrafas de gasolina o algún otro tipo de acelerante.
En cuanto al resto de testigos que ya declararon en las instalaciones de López Mora, tampoco ninguno de ellos vio aquella madrugada a nadie plantar fuego en el lugar. Sí manifestaron sus sospechas de que el incendio pudo haber sido intencionado, sin apuntar a ninguna persona en concreto, pero directamente no observaron nada, absolutamente nada que corrobore dicha impresión.
Tras esta confirmación, la hipótesis principal continúa siendo la de un fuego fortuito en el cuadro de luces, que, como ya habían advertido los bomberos este mismo verano, suponía un “peligro evidente” por la existencia de cables sueltos a causa de los enganches irregulares que realizaban los okupas. No hay ni un solo dato por ahora que apunte a un incendio intencionado.
La magistrada, en vista de los resultados de las últimas diligencias, ordenó ya el levantamiento del secreto de sumario que pesaba a raíz de esta geolocalización sobre el vecino okupa del edificio. También se han realizado los perceptivos ofrecimientos de acciones en la causa a los afectados, y por el momento solo se han personado los propietarios del edificio.
Informes definitivos
Pese a que la hipótesis de un trágico accidente ha ido ganando peso con el paso de los días, aún queda bastante trabajo por delante para dar por cerradas las pesquisas policiales sobre el incendio, que se cobró la vida de una madre y tres de sus hijos. El juzgado todavía se encuentra a la espera de recibir el informe definitivo de la Policía Científica sobre las causas que originaron el fuego (una sobrecarga eléctrica u otra negligencia) y los efectos de su propagación.