Un suceso turbio que alimenta el debate sobre la seguridad en los centros sanitarios en Francia. Dos ancianas francesas, de 93 y 95 años, han muerto este mes tras haber sido agredidas sexualmente en su habitación en un hospital en Argenteuil, en el noroeste de la periferia de París. Las agresiones ocurrieron el 14 de octubre y una de estas nonagenarias, de 93 años, perdió la vida ese mismo día tras haber sufrido un mareo. La otra, de 95 años, pereció cuatro días después, según recoge la prensa francesa.
El principal sospechoso ha reconocido los hechos y su caso ha generado polémica al no haber sido encarcelado de manera preventiva
La policía detuvo ese sábado en la planta de geriatría del hospital Victor Dupouy a Samir B., un francés de 44 años y que no trabajaba en el centro. La anciana, de 95 años, denunció que ese hombre la había tocado, penetrado digitalmente y que se había masturbado en la habitación. La otra víctima no pudo testificar al sufrir demencia senil, pero en sus sábanas encontraron restos de semen del arrestado. Este reconoció haber tocado a las nonagenarias y haberse masturbado, pero negó la penetración con los dedos.
La primera de las víctimas sufrió un mareo pocas horas después de la agresión sexuales y no lograron reanimarla. La segunda perdió la vida cuatro días después. Aunque las dos fallecieron de muerte natural, el caso ha generado conmoción e indignación en el país vecino.
El responsable de las agresiones sexuales, que ya tenía antecedentes por delitos sexuales, compareció el 16 de octubre ante un tribunal. Los magistrados decidieron no encarcelarlo de manera preventiva. Una decisión que generó críticas, tanto en el seno del cuerpo judicial como de las fuerzas de seguridad. Actualmente, se encuentra bajo control judicial a la espera del juicio, previsto para noviembre.
Este caso ha alimentado la controversia por la seguridad en los hospitales en Francia. En 1999, una enfermera fue asesinada en Saint-Etienne, en el centro-este del territorio francés. Y no es la primera vez que el hospital de Argenteuil registra una agresión sexual a una paciente.
El Ministerio de Sanidad contabiliza desde 2005 los delitos en estos lugares a través de observatorios específicos, que funcionan según una lógica declarativa. «En los últimos años, hubo un aumento de la declaración de violencias. ¿A qué se debe? Quizás al hecho de que los paramédicos están más incitados a denunciarlos por los colectivos y sindicatos», apunta al diario ‘L’Humanité’ la socióloga Déborah Ridel, experta sobre esta cuestión.