El nombre de Marian V. salió a la luz este pasado verano cuando la mañana del 15 de agosto abandonó su vivienda con la intención de matar a su exmujer: esperó a que saliera de un garaje ubicado en el barrio de Torrero para secuestrarle, amenazarle en la furgoneta y luego tirotearle. No lo consiguió porque intervino el actual novio de la mujer que incluso fue encañonado y se libró, de milagro, de un disparo. Ahora, el Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 1 de Zaragoza ha procesado a este hombre de 51 años y nacionalidad rumana como presunto autor de un primer delito de homicidio en grado de tentativa, un segundo de lesiones en el ámbito familiar, un tercero de amenazas, un cuarto de coacciones y un quinto de tenencia ilícita de armas.

El juez instructor del citado juzgado considera que Marian V. actuó con dolo eventual al acometer con un arma de fuego en un lugar cerrado como era ese garaje. Según los argumentos que expone el juez en el auto, esta idea queda argumentada por las manifestaciones de los denunciantes, los testigos y el Equipo de Balística de la Brigada Provincial de Policía Científica. Los agentes encontraron en la furgoneta de Marian V. bridas de plástico y una quincena de cartuchos para pistolas escondidos en el interior de un bote de plástico. Coincidían con la vaina percutida en el garaje.

A todo ello habría que añadir sus antecedentes delictivos porque ya fue condenado en septiembre de 2022 por maltratar a esta misma mujer: sobre él llegó a pesar una orden de alejamiento que se dio por cumplida en marzo de este año. Además, en esta ocasión había diseñado un minucioso plan para acabar con la vida de su expareja y de ello no tienen duda los efectivos del Grupo de Homicidios de la Jefatura Superior de Policía de Aragón.

Tanto es así que Marian había llegado a marcar las puertas de su vivienda de Garrapinillos con tres frases escritas en rumano y dirigidas a la víctima: ‘Cristina e una sola’ –’Cristina es única’–, ‘Dios stia asta’ –’Dios sabía esto’– y ‘Cristina es mía’. Los hechos referidos se remontan a primera hora de la mañana del 15 de agosto, en torno a las 09.00 horas. No fue hasta la tarde cuando este individuo decidió entregarse ante el Cuerpo Nacional de Policía al detener él mismo una patrulla en Torrero.

El procesado se encuentra en prisión provisional después de que ese mismo día prestara declaración ante el Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 3 de Zaragoza. Así lo había solicitado tanto el ministerio fiscal como la defensa de la denunciante, ejercida por Carmen Sánchez Herrero y Luis Ángel Marcén. Precisamente, el sistema Viogén había incluido a la mujer en un nivel de riesgo extremo que, según el protocolo del Ministerio del Interior, incluye una vigilancia permanente.