Los rendimientos de los bonos vuelven a repuntar hasta niveles inusitadamente altos. Este lunes, el del bono del Tesoro estadounidense a 10 años ha superado de nuevo el 5%, niveles de 2007, impulsado por las expectativas de que la Reserva Federal (Fed) mantenga elevados los tipos de interés durante más tiempo y de que el Gobierno de Joe Biden impulse aún más las emisiones de bonos para cubrir los crecientes déficits.

Según los analistas, este repunte se ha visto impulsado por las últimas declaraciones del presidente de la Fed, Jerome Powell, quien la semana pasada reconoció que la inflación es «demasiado alta» y que el banco central estadounidense está comprometido con devolverla al objetivo del 2%, aunque irán con «cautela» para conseguirlo.

«Habida cuenta de las incertidumbres y los riesgos, y de lo lejos que hemos llegado, el Comité está procediendo con cautela. Tomaremos decisiones sobre el alcance de la política monetaria adicional y cuánto tiempo seguirá siendo restrictiva en función de la totalidad de los datos entrantes, la evolución de las perspectivas y el equilibrio de riesgos», destacó en el Club Económico de Nueva York.

No obstante, Powell dijo también que el aumento que están registrando los rendimientos de los bonos supone un ajuste y «podría» reducir la necesidad de nuevas subidas de tipos. «Las condiciones financieras se han endurecido significativamente en los últimos meses y los rendimientos de los bonos a largo plazo han sido un importante factor impulsor de este endurecimiento», apuntó, al tiempo que reconoció que «seguimos atentos a esta evolución porque los cambios persistentes en las condiciones financieras pueden tener implicaciones para la senda de la política monetaria».

Desde Barclays señalan que, «si la Fed se muestra cautelosa a la hora de volver a subir los tipos a corto plazo en un momento en el que el crecimiento sigue siendo sólido y la inflación estable, al mercado no le queda otra alternativa que reflejarlo en los tipos a largo plazo». En este sentido, la herramienta FedWatch de CME refleja que el consenso todavía piensa que no habrá subidas de tipos en las próximas dos reuniones, aunque sitúa la probabilidad de un alza en diciembre en torno al 25%.

De igual modo, la creciente preocupación por la sostenibilidad de los crecientes déficits presupuestarios del Gobierno también está socavando los bonos, lo que, según los expertos, podría obligar al Tesoro estadounidense a seguir aumentando la oferta de letras y bonos.

«Ni siquiera una guerra en Oriente Medio está persuadiendo a los inversores para que compren bonos del Tesoro de EE.UU., o bonos del Estado, una clase de activos que suele considerarse el último refugio porque se cotizan en la divisa de reserva mundial y cuentan con el respaldo de EE.UU., la principal potencia económica y militar del mundo», afirma Russ Mould, director de inversiones de AJ Bell. «El rendimiento del Tesoro estadounidense a diez años tocó fondo hace más de tres años, pero el ritmo de aumento se ha acelerado y se ha hecho mucho más pronunciado en 2023», agrega.