La última acusación de Israel contra Hamás es que la organización terrorista palestina estaría planeando un ataque con armas químicas. Esta amenaza es un argumento más para desplegar un potencial aéreo de gran precisión destructora sobre los núcleos urbanos de la Franja de Gaza. El Ejercito israelí busca destruir los arsenales subterráneos de Hamás, ocultos en túneles bajo los edificios. Y, para conseguirlo, lanza bombas diseñadas para llegar hasta los cimientos de las construcciones y explotar con retardo.