El goteo de discursos de los presidentes autonómicos del PP el pasado jueves en el Senado fue “un ensayo de lo que viene”. La actuación coordinada y en bloque de todo el poder territorial popular contra Pedro Sánchez seguirá teniendo réplicas en distintos formatos en la Cámara Alta, si finalmente la legislatura echa a andar. Como publicó El Periódico de España, del grupo Prensa Ibérica, Alberto Núñez Feijóo tiene decidido convertir al Senado en una verdadera Cámara de resistencia para desgastar al socialista y a una gobernabilidad que cada día ven “más imposible de aguantar”. A los distintos debates sobre amnistía y negociaciones con los independentistas se sumará una larga lista de comisiones de investigación para fiscalizar cada polémica o posible brecha que se abra en torno al Gobierno.
Así lo confirman fuentes populares en el Senado y en la dirección nacional, y también son conscientes de ello los socialistas en la Cámara Alta, que asumen ya “un aquelarre insoportable” desde el PP. El reproche al presidente, Pedro Rollán, y la mayoría absoluta de la Mesa, es constante. Aseguran que “retuercen el reglamento” y esperan “una bunkerización” tras no haber conseguido llegar al Gobierno.
En el PP no niegan que su principal baza es la capacidad que tienen en la Cámara territorial por distintas vías. Primero, como freno a todas las leyes que lleguen del Congreso. Como mínimo, podrán valerse del control de los tiempos para intentar retrasos, además de plantear modificaciones que deberán regresar a la Cámara Baja en un nuevo trámite. Iniciativas como la comisión general de comunidades autónomas, que sirvió para un desfile de barones en bloque este jueves, «son solo el principio».
En el partido reconocieron que la jornada quedó algo descafeinada por la incomparecencia del Gobierno. Otros dicen abiertamente que Pere Aragonès se apuntó el tanto interviniendo en primer lugar, sacando pecho de sus planes y yéndose después sin escuchar ni al primero de los populares. “Ganó Aragonés y perdió el Gobierno”, dice un dirigente con trayectoria. En Génova vieron cumplidos los objetivos porque lo que se pretendía era, precisamente, “mostrar el verdadero mapa territorial que ha quedado tras el ciclo de las elecciones”. Asumen que Feijóo no tuvo los números para llegar a la Moncloa, pero insisten en que la legislatura “será muy difícil para Sánchez” con una mayoría de CCAA del PP.
El objetivo de celebrar un Debate del estado de las Comunidades Autónomas después de casi dos décadas para volver a citar a todas las autonomías ahonda en esa misma idea. Los barones del PP, que sí tenían consignas de Génova para introducir en el debate al unísono críticas a los privilegios para Cataluña en la negociación con Sánchez, avanzaron que estudian vías legales para frenar esa posible condonación de deuda. Como avanzó este diario, más allá de la amnistía, los presidentes autonómicos tenían claro que pretendían derivar el debate del Senado en las cuestiones económicas: desde la financiación a los fondos y, sobre todo, las cesiones en política fiscal y en perdón de la deuda que pueda pactarse con los independentistas.
Los barones populares lo dijeron en la tribuna y en privado lo repiten: el único foro para hablar de financiación con las comunidades autónomas a la vez es el Consejo de Política Fiscal y Financiera. “Y no de manera bilateral. Con todas”, repiten. Y en ese foro el PP tiene la voz mayoritaria. Otro ejemplo, dicen en la dirección nacional, de la fuerza que podrá expresar el PP cuando el Ejecutivo lo convoque.
Las comisiones de investigación que ya valora el PP en el Senado estarán planteadas en muchas temáticas distintas. Según dicen, la idea pasa por que “vaya a comparecer incluso” el presidente. Los comparecientes, igual que ocurre en el Congreso, están obligados a acudir si lo acuerda la mayoría, que reside en el PP. Esa Cámara de resistencia con la que el PP pretende ‘quemar’ al Gobierno si Sánchez saca adelante la investidura incluiría comisiones de política internacional o polémicas de algunos ministros del Ejecutivo para obligar a dar explicaciones. “Tienen motivos para estar preocupados en el PSOE”, acreditan distintas fuentes populares.
La otra táctica que el PP pretende aplicar a lo largo de toda la legislatura será la de comparar el funcionamiento de las Cámaras. Este viernes, la secretaria general, Cuca Gamarra, acompañada de un buen número de diputados, se agrupó a las puertas del Congreso para denunciar el «cerrojazo a cal y canto» de la presidenta, la socialista Francina Armengol. La respuesta fue casi inmediata al convocar una reunión de la Mesa el miércoles. Pero el PP lo que quiere es una Junta de Portavoces cuanto antes para empezar a tramitar cuestiones que ven «urgentes». La primera: la comparecencia del ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, sobre el conflicto tan complejo desatado en Oriente Próximo. El PP se queja de que no haya sesiones de control al Gobierno estando en funciones, y también reprochan que no se haya constituido la Diputación Permanente o que no avancen en la constitución de las comisiones parlamentarias. «Un frenazo» que para el PP es «una vergüenza» y que contrasta «con el funcionamiento pleno que ya tiene el Senado».
Los populares no esconden su frustración ante la mayoría que atesoran PSOE y Sumar en la Mesa de la Cámara Baja que, de facto, les permite controlar todos los tiempos de la actividad legislativa. Feijóo sigue insistiendo en que la prioridad debe ser la fecha de la futura investidura de Sánchez. Todas las fuentes apuntan a que podría acelerarse al pasar el día 31 de octubre, cuando la Princesa de Asturias debe jurar la Constitución en las Cortes Generales. En ese momento, ya en el mes de noviembre, empieza la verdadera cuenta atrás: o hay acuerdo antes del 27 de noviembre o elecciones.