CD ELDENSE | La arrogancia en positivo de Eddie Salcedo

Lo hizo convencido de que sobrevolar un mar le permitiría tirar la puerta definitiva, la que le debe dar acceso a la élite continental. Con 22 años recién cumplidos, va arañando minutos en un vestuario con mucha competencia en su posición.

El delantero italocolombiano desea triunfar. Conoce su talento, sus facultades técnicas y físicas, su carácter ganador, muy difícil de domar, por eso, de momento, no le daña la autoestima disponer de poco protagonismo en la idea de juego de Fernando Estévez, que solo le ha dado una titularidad en las primeras doce jornadas.

Sus números son buenos. Dos tantos en seis disparos a puerta y una asistencia de gol. Todo en apenas 181 minutos repartidos en siete encuentros de liga. El máximo realizador del equipo, Florin Andone, solo ha marcado uno más que él siendo indiscutible de inicio y habiendo disputado más de 750 minutos. El delantero genovés con raíces colombianas y doble nacionalidad firma el mejor promedio de los atacantes del Eldense: un gol cada 90 minutos pese a no gozar de continuidad.

Eddie Salcedo pudo darle un triunfo histórico a su equipo en el derbi provincial. La increíble intervención del guardameta Miguel San Román a un disparo suyo evitó que el Deportivo se impusiera al Elche en un partido que vivió los momentos más trepidantes con el joven canterano del Inter sobre el césped.

Discusión pública

Una buena prueba de la confianza en sí mismo (y la arrogancia en el sentido más positivo) de Eddie Salcedo se escenificó en la visita del Real Oviedo al Nuevo Pepico Amat. Con 0-3 en contra, fue el cuarto cambio del técnico granadino. Salió a la hora de juego y revolucionó el ataque fabricándose disparos y desbordando por velocidad.

En una de esas internadas fue objeto de penalti. No había un tirador designado, o al menos eso creyó él, así que se adueñó de la pelota. Me lo han hecho a mí, lo tiro yo. Un razonamiento primitivo con el que algunos de sus compañeros no estaban de acuerdo. Ni Sergio Ortuño, ni Chapela, ni Pedro Capó ni Mario Soberón lograron hacerle cambiar de idea. El recién llegado al equipo no atendió a las razones esgrimidas por los más veteranos, no soltó el balón en ningún momento. 

Al final desistieron todos, uno tras otro, y el italocolombiano transformó la pena máxima sin el más mínimo atisbo de duda a pesar del tiempo que pasó entre la señalización de la pena máxima y su ejecución. Salcedo Júnior sigue sin ser titular.

De momento pertenece a ese cruento grupo de jugadores marcados con el estigma de revulsivos. Jugadores que están obligados a dar todo lo que tienen en un breve espacio de tiempo, futbolistas que no pueden equivocarse, que se juegan cada minuto en la siguiente jornada a todo o nada. Ha marcado en el 80 y en el 81. El primero valió para reivindicarse y el segundo para rescatar un punto muy valioso en Ferrol. La historia de Salcedo no ha hecho más que comenzar.