Ana y Jesús tienen 9 hijos y se definen a sí mismos como «una locura de familia». En redes sociales muestran cómo es su vida y tienen millones de seguidores. Por eso, en ‘Y ahora Sonsoles’ hemos querido verlo en primera persona.
Hoy nos han visitado en plató para contarnos cómo es su vida, y han acudido con Hugo y Víctor, dos de sus hijos. Hugo es el hijo mayor, que tiene 11 años. El más pequeño tiene apenas meses.
A pesar de que tienen 9 hijos, Ana solo pensaba tener dos, pero cuando ya tenían la pareja se dieron cuenta de que querían más. «No nos importaba tener el tercero», ha dicho.
Además, son muy jóvenes, porque Ana tiene 40 años y Jesús 41, y comparten su vida en las redes sociales y enseñan cómo se organizan.
En sus redes, por ejemplo, hemos visto a los niños cocinar, y es que, según ha explicado Víctor, es porque ellos quieren y no porque se lo impongan.
También es importante, ha explicado Ana, intentar tener una rutina, algo que es difícil porque siempre pasa algo. Además, es muy caro, porque para desayunos y cenas se gastan alrededor de 1.500 euros y el comedor del colegio, que son 100 euros por niño.
Durante la semana, normalmente, va una persona a ayudar con las tareas de la casa, pero cuando no puede acudir, todos tienen que colaborar. «A los 6 años mis hijos ya hacen la cama», ha explicado.
Ana y Jesús han contado también en redes cómo es comprar uniformes para 7 hijos… ¡Hasta 34 ha tenido que obtener!
Y aún con 9 hijos, tienen tiempo para salir y dedicar tiempo a la pareja, algo que Ana ha definido como fundamental para que también los niños estén bien y todo funcione.
Un día normal en casa de Ana y Jesús
Aunque puede parecer complicado, está todo calculado. El primer reto cada mañana es el desayuno, aunque todos tienen claro cuál es su papel.
«Asumir responsabilidades les vendrá bien cuando sean mayores los mayores son capaces de ponerle el pijama, hacerle un biberón», ha asegurado Ana.
Sin embargo, siempre surge algún imprevisto, como un bebé que llora u otro de los hijos que quiere ver la televisión, algo que evitan durante semana y sustituyen por la lectura.
El segundo reto es salir a la calle, con el almuerzo ya preparado, y llegar al colegio en minibús. Una vez están todos en la escuela, Ana vuelve a casa, donde lo encuentra todo tirado.
Una vez allí, ella se dedica a crear contenido para sus redes sociales, por lo que su día solo acaba de empezar.