El debate sobre el estilo de juego es recurrente en LaLiga. La fluidez, el tiempo efectivo, las interrupciones… El ‘otro fútbol’ que canibaliza al espectáculo. Mientras se buscan responsables, la competición española se ha convertido en el epicentro de infracciones. El silbato de los árbitros marca, como si de pausas publicitarias se tratase, el desarrollo de los encuentros. En ninguna otra liga de las grandes de Europa se señalan tantas faltas y los futbolistas más sancionados son de equipos españoles.
En España se decretan, de media, 14 faltas por partido, la más alta entre las grandes competiciones. Esto se traduce en una alta cantidad de tarjetas. En las nueve primeras jornadas, los árbitros nacionales han mostrado 462 cartulinas amarillas, lo que supone 5,19 por partido. La siguiente en esta estadística es la Premier, con 384 que representan 4,8 por encuentro. Por detrás está la Serie A, con 328 sanciones y 4,1 amonestaciones de media. En cuarto lugar, la Bundesliga, con 245 cartulinas que suponen 3,89 de media. Cierra la tabla del ‘top 5’ la Bundesliga, con 245 cartulinas y un promedio de 3,65.
«Las rojas son una señal de protección»
La situación se repite con las rojas. En LaLiga se han mostrado 27 en las nueve primeras jornadas (es la única competición tan avanzada; el resto llevan ocho y la Bundesliga, siete), lo que supone una media de 0,3. Está por delante del promedio de la Premier, con 19 expulsiones (0,24); la Serie A, en la que se han visto 12 rojas (0,15); la Bundesliga, con 9 y una media de 0,14 y, finalmente, la Ligue 1: 8 rojas (0,11). Las estadísticas llevan a preguntarse si realmente LaLiga es una competición más violenta
Los árbitros, cada vez que tienen la oportunidad de comparecer, se reafirman en la misma idea. «Se nos critica por el número de rojas, pero es una señal de protección hacia la salud de los jugadores. Mirad el ratio de lesiones en otras ligas por entradas. La roja es más disuasoria. Es un mecanismo para preservar al futbolista y su salud», explicaba el colegiado Sánchez Martínez, antes de la Copa del Rey del curso pasado que él dirigió.
«El mayor patrimonio son los jugadores y su masa social. Es la prioridad absoluta. Hay que cuidar que los partidos discurran del modo correcto», insistía el árbitro murciano. Sin embargo, los futbolistas no lo ven así y, tras cada partido, tanto ellos como sus entrenadores realizan un ejercicio de autocensura sobre determinadas decisiones. A esto hay que sumarle la intervención del VAR. En la temporada pasada, hasta 38 rojas se decretaron después de ser revisadas.
El Getafe, el equipo más sancionado de Europa
Con todo, Medina Cantalejo, presidente del Comité Técnico de Árbitros, en la evaluación anual del colectivo, aseguraba que «son circunstancias de esta temporada, pero ni mucho menos pensamos que nuestros jugadores sean violentos». Pero las estadísticas muestran que los ocho jugadores que más faltas cometen en las grandes ligas juegan en España.
A la cabeza en infracciones está Juanmi Latasa, delantero del Getafe, con 26 acciones sancionadas. Le siguen Gavi (25), del Barça; el mallorquinista Dani Rodríguez (23); el futbolista del Cádiz Rubén Alcaraz (22); el internacional del Villarreal Yéremy Pino (22); uno de los jugadores referentes del Girona como Yangel Herrera (21); el capitán del Getafe Djené (21) y el mediocentro del Granada, Gerard Gumbau (21). En el ‘top 10’ de esta clasificación se cuelan en el octavo lugar Tim Kleindienst (19), delantero del Heidenheim, recién ascendido a Bundesliga; y el internacional brasileño Lucas Paquetá, que ha cometido 18 faltas en lo que va de curso con el West Ham.
Lo mismo sucede en el ranking de equipos de Europa que más faltas cometen. El Getafe es líder con 166 infracciones en su contra. También es el más tarjeteado de las grandes ligas (44) y dos de sus jugadores figuran en el ‘top 10’ de los más sancionados: Domingos Duarte, con tres amarillas más una roja; y Jaime Mata, con dos amarillas y una roja.
«Nos echan tarjetas por todo. El victimismo acaba influyendo», dijo al principio de temporada José Bordalás, técnico del cuadro getafense, acostumbrado a lidiar cada semana con esta circunstancia. La tabla de futbolistas que más tarjetas han visto en lo que va de curso la lideran Mario Lemina, del Wolves e Yves Bissouma, del Tottenham (ambos con 5). Baena (4, una de ellas roja) del Villarreal; el ‘Chimy’ Ávila (4, dos de ellas rojas directas) y Mika Mármol (3 tarjetas, 1 roja).
El Barça lidera las sanciones en la Champions
Pero no solo es el Getafe. Por detrás, en la clasificación europea de faltas están el Mallorca (156), Real Sociedad (154), Rayo (154), Cádiz (150) y Alavés (126). Hay que bajar hasta la séptima posición para encontrar un equipo no español. La secuencia la completan el Mónaco (121), el Olympique de Lyon (119), el Lens (117) y el Stade de Reims (116).
Con las tarjetas más de lo mismo. Después del Getafe, líder destacado, vienen el Mallorca (31), Cádiz (30), Villarreal (29), Rayo (28) y Granada (26). A partir de ahí, conjuntos ingleses como el Tottenham (28), Wolverhampton (28), Chelsea (27) y Nottingham Forest (25), que iguala en cartulinas con el Athletic Club (25).
Cuando se ponen sobre la mesa estas comparativas, siempre surge el comentario de que el criterio doméstico y el de las competiciones europeas es diferente. Incluso con los mismos árbitros. Así, por ejemplo, la Champions es el torneo con mayor tiempo efectivo (60 minutos de media por partido) frente a los 54:35 de LaLiga. Sin embargo, tres de los cinco participantes españoles en el torneo de clubes más importante están entre los más sancionados por faltas.
Si bien el Milan lidera el apartado de disciplina, con 31 infracciones, el Barça aparece en la cuarta posición con 28, una más que el Sevilla y la Real Sociedad (27). El equipo azulgrana es el conjunto más tarjeteado de las dos primeras jornadas, con 10 tarjetas, una de ellas roja. Con ocho, y en el vagón de los segundos, el Atlético de Madrid, que pese a no ser de los equipos que más faltas comete, ha visto ocho cartulinas. Situaciones encontradas para un fútbol español obstruido por las faltas.