Argentina celebra este domingo, 22 de octubre, la primera vuelta de sus elecciones presidenciales. Casi todos los sondeos apuntan a que el candidato extremista liberal, Javier Milei, del partido Libertad Avanza, tomará la delantera y probablemente tendrá que competir en una segunda vuelta contra el actual ministro de Economía y candidato de la coalición peronista Unión por la Patria, Sergio Massa.

«Creemos que es razonable suponer que Milei se convertirá, con toda probabilidad, en el próximo presidente de Argentina«, afirma Carlos de Sousa, gestor de carteras de Vontobel. La pregunta ahora es qué significaría este posible triunfo para la economía del país.

DOLARIZACIÓN

Más allá de todas las polémicas propuestas de Milei en el ámbito social y político, preocupan mucho también sus planteamientos económicos. El principal y más comentado es la dolarización de la economía. Esto implica adoptar como única moneda el dólar estadounidense y eliminar el peso argentino. Milei se refiere al peso como «moneda de la casta», término que utiliza para señalar a quienes están en la política y él considera que son «inmorales».

Después de ganar las elecciones primarias en agosto, parecía que el candidato ultraliberal había adoptado una alternativa menos disruptiva sobre la dolarización, pero a finales de septiembre cambió su narrativa con la propuesta de Emilio Ocampo, un ‘halcón’ de la dolarización y asesor de Milei, como candidato a la presidencia del Banco Central de la República Argentina si gana las elecciones.

«Después de ese anuncio, la intensificación de la narrativa de dolarización de Milei continuó, afirmando que ‘cuanto más alto sea el tipo de cambio dólar/peso argentino, mejor, ya que hace que la dolarización sea más fácil'», escriben los expertos de Barclays.

Más recientemente, dijo que «los argentinos no deberían renovar sus plazos fijos» y que «el modelo actual conduce inevitablemente a la hiperinflación». «Después de estas señales, el tipo de cambio oficial subió bruscamente ya que el mercado comenzó a calcular probabilidades más altas de una dolarización desordenada», añade Barclays.

De Sousa escribe al respecto que, irónicamente, la hiperinflación puede aumentar el éxito de la dolarización al debilitar el tipo de cambio efectivo real y dar a Argentina una ventaja competitiva una vez que se deshaga del peso. El peso se ha depreciado muy rápidamente desde las elecciones primarias, pasando de 590 USD/ARS a 955 la pasada semana.

Con todo, el gestor de carteras de Vontobel reconoce que el plan de Milei es arriesgado no sólo por la posible hiperinflación que el país podría experimentar, aunque solo sea brevemente, sino porque también es probable que genere un importante malestar social ya que estas políticas, al menos al principio, empobrecerían a la población.

«A medio plazo, se podría argumentar que los argentinos estarán mejor una vez que la inflación deje de ser un problema. Sin embargo, a corto plazo es probable que estas políticas sean recesivas y afecten mucho más a los pobres que a los ricos».

Luis López Vivas, gestor de AXA IM, también muestra sus dudas y remarca que «la dolarización no es una bala de plata y que su viabilidad sigue siendo incierta”. Explica este economista que las reservas negativas del país y su considerable deuda plantean dudas sobre su capacidad para llevar a cabo una transformación de este tipo. Advierte además que Argentina “debe sopesar cuidadosamente estas disyuntivas”, ya que “esta medida sería probablemente irreversible”. Como indica: “Aunque la dolarización tiene ventajas potenciales, como el control de la inflación y la reducción del riesgo soberano, también presenta importantes inconvenientes, como la pérdida de autonomía monetaria -lo que hace que la economía real sea más vulnerable a las perturbaciones económicas- y la renuncia a los ingresos por señoreaje (ingresos que obtiene un Gobierno mediante la creación de moneda)”.

Para Alejandro di Bernardo, gestor de renta fija de Jupiter AM, el problema principal de esta propuesta es también que Argentina tiene reservas negativas de dólares, «por lo cual, la única forma de dolarizar es con una devaluación más grande, y esto aumenta el riesgo de una hiperinflación«. En su opinión, Milei no va a poder dolarizar, al menos en un principio.

MOTOSIERRA AL SECTOR PÚBLICO

Javier Milei defiende recortar hasta el mínimo el papel del Estado (de ahí que haya aparecido haciendo campaña con una motosierra en las manos), con medidas como la desaparición de 11 ministerios, entre ellos los de Salud, Trabajo, Ciencia y Mujeres.

La promesa del candidato ultra pasa por reducir el tamaño del sector público en un 15% del PIB. Este objetivo, afirma Carlos de Sousa, parece imposible de alcanzar en un país donde la mitad del sector público está controlado por poderosos Gobiernos provinciales, que estarán fuera del control del propio Milei.

«Existe un amplio consenso entre los economistas, incluidos los de la tradicional coalición de oposición de centroderecha Juntos por el Cambio, sobre la necesidad de eliminar el déficit del sector público lo antes posible para detener la financiación monetaria y volver a controlar la inflación. Esto es muy diferente de la promesa populista de limosnas a diestro y siniestro», afirma crítico De Sousa.

PREVISIONES ECONÓMICAS

En cuanto a las previsiones económicas de Argentina, López Vivas señala que “esperamos que el PIB se contraiga un – 3,0% en 2023, lo que refleja una combinación de factores, entre ellos una mala cosecha afectada por el fenómeno meteorológico de La Niña y la inestabilidad macroeconómica que ha impactado negativamente al consumo privado y la inversión». De cara a 2024, el gestor apunta que siguen esperando que la economía se contraiga un -0,5%, aunque dice que es probable que haya factores positivos, como una mejor cosecha, un sector energético más dinámico impulsado por el uso nacional de gas natural con el nuevo gasoducto y el aumento de las exportaciones a los países vecinos.

Di Bernardo comenta también sobre la situación económica del país. Dice que “en el mercado argentino se han producido varios fenómenos relevantes. Para empezar, el actual Gobierno anunció un aumento en el gasto público en forma de bonos salariales, todo este gasto financiado con emisión monetaria. Esto hizo que las expectativas de inflación aumentaran. Además, el tipo de cambio informal se depreció un 30%. También se ha visto un último dato de inflación con un 13% mensual. «Un impacto claramente negativo”, afirma el economista.

DIFÍCIL GOBERNANZA

Aunque es probable que una gran fracción de Juntos por el Cambio apoye las políticas de Milei en el Congreso, dada su alineación política e ideológica, es poco probable que esto baste para lograr una mayoría en el Congreso (a menos que el partido gubernamental lo haga mucho peor de lo que sugieren actualmente las encuestas), por lo que la promulgación de políticas tampoco será del todo fácil, explica Carlos de Sousa.

«Dadas estas dificultades, sería razonable una presidencia de Milei que solo cumpla sus promesas en parte y que acabe siendo no muy distinta de la gestión de un Gobierno de Juntos por el Cambio», concluye.