Tres minutos necesitó el ex mallorquinista Take Kubo en marcar la diferencia. Un centro con su pie izquierdo -sin oposición, todo sea dicho-, lo más parecido a un guante, fue rematado a placer por Brais para desnivelar un partido que hacía tiempo que debía de ser favorable al Mallorca, por las oportunidades creadas. Hasta siete, que se dice rápido y a domicilio, tuvo el equipo de Aguirre, que se estrelló contra la madera y un Remiro excepcional, y principal culpable de que los bermellones no estén celebrando ahora una victoria más que merecida. No queda otra que quedarse con las buenas sensaciones.