El CD Benavente volvió a hacer efectiva su condición de anfitrión y se impuso por 1-0 al Betis CF, que llegaba al Luciano Rubio como tercer clasificado y que cayó noqueado fruto de un tempranero gol.
«Quien golpea primero, golpea dos veces». Y, en Benavente, el refrán cumplió más sentido que nunca pues José Miguel Ramos puso el 1-0 a las primeras de cambio para asestar un golpe definitivo al Betis CF.
El mazazo fue contundente y llevó a los visitantes a no estar tan acertados como de costumbre ante un cuadro local muy solvente, ordenado y con las ideas claras. Gozando incluso de ocasiones antes del descanso para ampliar distancias en el marcador. Aunque, por su parte, los vallisoletanos también tuvieron las suyas para poner las tablas antes del paso por vestuarios. Un intermedio al que se llegó con el plantel de Santi Redondo quedándose con un hombre menos por expulsión de Juan Camilo Ríos.
La cartulina roja fue el punto de inflexión del choque, que volvió del descanso cargado de tensión, con los visitantes tratando de doblegar al fuerte conjunto «tomatero». Una refriega en la que el Benavente se manejó mucho mejor que su rival, que acabó desesperado y sin poder anotar, terminando también con diez hombres sobre el verde del Luciano Rubio. Un estadio que, tras el pitido final, sigue siendo feudo inexpugnable para el conjunto anfitrión, pues ni un punto se ha escapado aún del mismo.