Juan Antonio Sánchez Quero, su presidente, arropado por Mayte Pérez y Lola Ranera en representación del grupo socialista en las Cortes de Aragón y el consistorio de la ciudad (en una demostración clara de unidad de partido), esgrimió que la institución no iba a entrar en el convenio por el nuevo estadio principalmente porque el plan del PP para su construcción «es una farsa y una pantomima».

Pero aparte aprovechó su discurso explicativo sobre la renuncia a participar en la financiación para lanzar un dardo envenenado al Real Zaragoza con el objetivo de justificar su decisión, tomada en conjunto con CHA y En Común-IU.

Dijo que el Real Zaragoza no se presentó al concurso para construir y explotar la nueva Romareda por la «insolvencia económica» de la propia SAD y no por la inseguridad jurídica que causó el recurso de Podemos, como afirmó el club. También atacó la falta de experiencia en la construcción de estadios del club antes de sentenciar: «Con recurso o sin recurso (de Podemos), el problema de la solvencia financiera del club era insalvable».

Esas palabras han sido contestadas este sábado por el Real Zaragoza en un comunicado. El club asegura que «sembrar dudas sobre la solvencia del club para afrontar la inversión en el estadio es frívolo y dañino», y también califica de «absurdo» que ponga en duda la experiencia de la entidad en construir estadios.

«No hay duda posible. No la tiene, como tampoco la tenían previamente ninguno de los clubs que ha acometido la construcción de un nuevo estadio. Por ello, se ha contratado, siguiendo las mejores prácticas, los servicios de IDOM, uno de los estudios de arquitectura más prestigiosos del país, que cuenta con experiencia en este tipo de proyectos, y se han realizado los pagos correspondientes a la fase en la que se encuentra el proyecto», afirma la SAD.

Además, tacha de «cínica» la crítica a la falta de financiación del estadio «cuando es conocido por todos que se presentó un recurso por parte del Grupo Político Podemos a la licitación lanzada por el Ayuntamiento de Zaragoza, lo que hizo completamente inviable cualquier opción de financiación por falta de seguridad jurídica». Por ello, el club siente que la construcción de La Romareda es «una carrera de obstáculos que algunos grupos obligan al Real Zaragoza a llevar a cabo».

Pese a todo, se sigue adelante

Aunque la DPZ haya anunciado que no va a entrar en la operación Romareda, la entidad deja bien claro en el comunicado que su intención es continuar adelante con el proyecto. Lógicamente, con otra fórmula distinta a la inicialmente planteada: «El Real Zaragoza tiene la intención de formalizar, a la mayor brevedad posible, un convenio con el Ayuntamiento de Zaragoza y el Gobierno de Aragón con el fin de llevar a cabo el compromiso asumido con nuestros aficionados, consistente en la construcción de un estadio moderno, seguro, confortable y conectado a través de la tecnología para todas las generaciones de aficionados».

Y de paso, el club realiza «una invitación abierta» a todas aquellas instituciones o entidades que deseen sumarse a este proyecto.

El comunicado finaliza con una petición que la propia SAD califica de «ingenua» y es que los representantes políticos dejen de intentar boicotear La Romareda «y olviden los intereses partidistas que a veces parecen prevalecer».

Los números del grupo inversor

Desde que en mayo de 2022 el nuevo grupo inversor del Real Zaragoza se hiciese cargo del club ha habido dos ampliaciones de capital por compensación de crédito por valor de 14,6 y 6,7 millones respectivamente. Además, a finales de julio anunció la compra de deuda ordinaria del concurso de acreedores por 20,2 millones, cuya oferta de compra está pendiente de formalizar.

La deuda global del club ha pasado de 68 millones de euros a 45 millones, a falta de dicha compra de deuda ordinaria (si se formaliza, como ocurrirá, se reducirá aún más), y el capital social ha aumentado, también a expensas de esa operación, de 6 a 27 millones.