Ha pasado más de una semana desde que Álvaro Prieto, el joven de 18 años, desapareció tras pasar por la estación de tren de Santa Justa, en Sevilla. Después de unos días intensos de búsqueda, el cadáver del joven fue encontrado entre dos vagones de un tren. Desde ese momento, se han sucedido las diferentes teorías, sobre todo a través de redes sociales, de lo que pudo pasar.
La autopsia, en este sentido, fue clara: Álvaro Prieto murió electrocutado al tocar la catenaria de un tren. Más tarde, se supo que una gasolinera cercana a la zona había grabado imágenes en donde, supuestamente, se veía al joven en el techo del tren, y se dedujo que había subido en un intento por colarse en el tren y que, desafortunadamente, murió al instante de tocar la catenaria.
Sin embargo, a lo largo de estos días se han dado distintas versiones de lo que pudo pasar, y no han dejado de salir más y más preguntas. Incógnitas que resolvemos con Nacho Abad, periodista y criminólogo que ha sido una de las figuras que más ha informado acerca del tema.
La teoría que desmonta Nacho Abad sobre el caso
La autopsia de Álvaro Prieto ha sido bastante clara y no ha dejado lugar, afortunadamente, a la especulación. Para aquellos que creían que podía haber habido terceras personas implicadas en el caso, la Policía Nacional fue clara al respecto y no parecía que nadie más hubiera intervenido en lo que fue un desafortunado incidente.
De hecho, para aclarar todavía más las dudas, se apuntó a que hay imágenes de Álvaro Prieto encima del tren en donde, al tocar la catenaria, murió. Imágenes que están a disposición de la Policía y que, por supuesto, no hemos podido ver. Pero sigue dejando todo un aura de duda, puesto que, como explicaban trabajadores de Renfe, era bien difícil acceder al techo de un tren en ese taller de reparaciones.
Entonces, ¿qué ocurrió? Es a lo que responde Nacho Abad: «Como todos los técnicos te dicen que es imposible escalar un tren de aluminio sin punto de agarre, se empezó a distribuir la teoría de que saltó desde un puente que había encima de las vías», comienza a analizar el experto en Herrera en COPE. Abad asegura que ha «conseguido demostrar que el tren que había dejado el puente cuando fallece, no es el tren donde aparece», el cuerpo.
Para Nacho resulta evidente que «no puede saltar de tren a tren, hay como 15 metros, es un salto imposible». Algo que desmontaría una de las últimas teorías sobre el caso del joven cordobés fallecido en la estación.
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Es en ese momento cuando Nacho Abad se ha querido plantear una pregunta: Si no saltó, ¿cómo pudo acceder? Al recinto entró por una zona en la que suelen acceder drogadictos que van allí a consumir sin que nadie les vea. «Caminó por las vías, llegó al tren famoso y lo que hizo, que se puede demostrar, en el hueco que hay entre los vagones de medio metro de ancho, fue impulsándose hacia arriba», ha asegurado.
La clave para asegurar este último punto estaría en que el suceso «ocurrió porque hay huellas dactilares en sentido ascendente entre los vagones», un asunto que no estaba del todo claro.
¿Cómo accedió al tren?
Nacho Abad ha querido insistir en el punto de que Prieto subiría «trepando. La gente pensaba hasta ahora que había caminado sobre el techo y le había dado una descarga. Yo hoy esto no te lo puedo demostrar al 100 %, pero sí te puedo argumentar que cuando va subiendo, apoya la tripa en la parte de arriba y se agarra a la catenaria con una mano», un análisis que hasta ahora se desconocía.
«La autopsia determina que la electricidad entró por su mano izquierda y salió por el estómago, que es lo que está tocando el techo. Si hubiese estado de pie, la electricidad habría salido por los pies, porque va hacia el suelo», aclara Abad en su conversación con Alberto Herrera. Esta afirmación le ha llevado a poner en entredicho una de las cuestiones planteadas recientemente.
«Dudo que existan imágenes de Álvaro caminando por el tren. Creo que le graban caminando entre las vías. ¿Para qué subió? Hay mil teorías, eso yo no te lo puedo responder», ha terminado por asumir, para terminar por asegurar sentirse desconcertado por su actitud: «No la puedo entender» sentenciaba.
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