Después del boom en las audiencias del 12 de octubre, la nueva aparición pública de la princesa Leonor esta semana en los premios Princesa de Asturias vuelve a causar expectación. La hija de Felipe VI está viviendo un mes ajetreado de cara a su mayoría de edad pero, a diferencia de otros de los eventos en los que ha participado en las últimas semanas, en Oviedo juega «en casa».
Hace ya cinco años que la princesa Leonor acude a Oviedo como presidenta de honor de la Fundación Princesa de Asturias. Desde aquel primer discurso, con visible timidez, hasta ahora la joven heredera se ha convertido en la mejor apuesta de la Casa Real española para rejuvenecer su imagen. Si ya en la última edición le notamos soltura, tras los últimos acontecimientos esperamos a una Princesa más desenvuelta.
Causa sensación en Oviedo
En su primera cita en Oviedo este año, Leonor ha causado verdadera sensación. A las puertas del auditorio príncipe Felipe los curiosos y seguidores de la Casa Real se arremolinaban para ver a la Princesa. Había todo tipo de perfiles, la mayoría asturianos que suelen repetir este plan año tras año, ya sea en la velada del concierto o al día siguiente en el Hotel Reconquista o en el Teatro Campoamor. Horas de pie con la esperanza de que el Rey, doña Letizia o alguna de sus hijas se acerque. Especialmente, muchos mencionaban las ganas de ver a la heredera.
A gritos de «Leonor, Leonor» o coreando «princesa», consiguieron que la heredera pasara más tiempo del esperado saludando a todo el mundo. Algunos pedían una selfie, otros dar la mano o intercambiar unas palabras con algún miembro de la Casa Real.
Aquellos que lo conseguían se mostraban después totalmente exaltados. «Ha sido un sueño hecho realidad«, aseguraba un grupo que había venido desde Almería y, de casualidad, se habían encontrado con que podían coincidir con los Reyes.
Un grupo de mujeres asturianas que todos los años repiten decían: «Felipe fue el niño nuestro y ahora lo es ella, además una reina asturiana. No podemos faltar», decía una de ellas. Su deseo era demostrarles todo su cariño y dejan claro que, desde su punto de vista, Leonor lo hace todo bien.
Pero advierte que, algún día, podría cometer algún error. Si ese día llega, están dispuestas a perdonarla: «Es normal que se equivoque, que es una neña de 17 años«, insiste una de sus más fieles seguidoras. Heredera, pero humana.
La mejor compañía, Sofía
También imprescindible será la reaparición de la infanta Sofía, por primera vez desde su partida a Gales. Siempre en un discreto segundo plano, menos cuando alguna de sus lesiones se lleva toda la atención, la hija pequeña de don Felipe es fiel escudera de la princesa Leonor. Se apreció, por ejemplo, en 2021 cuando subieron de la mano las escaleras del auditorio de Oviedo.
Sin duda, la Princesa notó su ausencia durante el 12 de octubre, ya que era la primera vez que no acudía y también una ocasión especial para ella al ser su estreno como dama cadete en público.
Cómo se ha perfilado la imagen de Leonor en sus últimas apariciones
«Leonor va en buen camino», nos dice Moisés Ruiz, profesor de Liderazgo y Comunicación Política en la Universidad Europea de Madrid. El experto considera que se nota su educación, el cariño y respeto que siente por sus padres y el orgullo que sienten los Reyes al verla. En el 12 de octubre se apreció también su madurez y seriedad, su humildad para conocer cuál es su lugar en todo momento.
Esa imagen madura favorece también a los Reyes, ya que surge un nuevo respeto por una educación exitosa. A nivel visual, en las imágenes y en las fotos, «se nota una buena combinación entre el rigor de ser Reyes y la cercanía de ser padres», cuenta Moisés Ruiz. A la pregunta de si, tras el éxito del 12O, Leonor puede estar tranquila, el experto considera que «tiene que demostrar en cada etapa».
Oviedo, por donde Leonor ha paseado tantas veces (no solo en calidad de heredera, también como hija y nieta de asturianos), reconoce ese crecimiento. Sus ciudadanos aseguran que se la ve muy preparada, y que cada vez lo hace mejor. «Estamos encantadas con ella«, dicen desde una tienda donde tienen su foto en el escaparate. «Hicimos una votación a ver cuál foto poníamos y si no hubiéramos puesto esta hubiéramos puesto la que va vestida de militar porque está guapísima«, añaden.
Otro de los detalles en los que siempre se fija el público es en su estilismo. Cuando el 12 de octubre lució el uniforme, tanto en el desfile como en la posterior recepción en el Palacio Real, quitó protagonismo a este detalle que siempre protagoniza los titulares de su madre.
Una nueva estrategia por parte de la Casa Real
De un tiempo a esta parte se aprecia un cambio de dirección en la comunicación de la Familia Real. Imágenes como las de la infanta Sofía despidiéndose de sus padres y su perro, compartidas por Casa Real el día que se marchaba a Gales, son un ejemplo. También se apreció ese nuevo enfoque en la expresividad del rey Felipe y la reina Letizia el día que la princesa Leonor entraba en la Academia de Zaragoza.
Según Moisés Ruiz, supone un cambio del esquema clásico de las monarquías que parecen inalcanzables. «La ciudadanía les ve ahora como personas con sentimientos y con más cercanía y humanidad», comenta. Aún así, es un proceso que puede seguir mejorando la imagen de la Familia Real a medida que Leonor vaya ganando protagonismo.