El Ayuntamiento de Torrent ha concluido este jueves el derribo del edificio situado en el nº 3 de la plaza Obispo Benlloch, tras recibir unos días atrás la autorización necesaria de la Conselleria de Cultura para ejecutar dicha acción. Debido a la peligrosidad que presentaba el desempeño de este trabajo para los operarios, finalmente se ha llevado a cabo con una maquinaria especial para efectuarlo a distancia, por lo que también se ha decidido cerrar el tráfico en la vía para mayor seguridad.
Este inmueble fue declarado en ruinas hace un par de años, y ya entonces se demandó licencia para derruirlo; sin embargo, al descubrirse en su interior unos restos de muros de tapia valenciana, se incluyó en el Catálogo de Protecciones de Torrent y se paralizó el proceso a la espera del informe pertinente para determinar si el derribo debía ser parcial o total.
Unos meses después, se produjo un desprendimiento que obligó a apuntalar el edificio, siempre tratando de proteger la fachada del mismo. No obstante, la cubierta terminó colapsando y se desechó esta posibilidad, determinando el derribo parcial de la construcción y la conservación de los restos de tapia valenciana hallados con anterioridad.
Reivindicación de los vecinos
“Con esta actuación atendemos una reivindicación que los vecinos y vecinas de Torrent nos hacían llegar desde hace un largo tiempo, ya que no podían transitar con normalidad y de manera segura por este tramo de acera. Además, con la retirada de los andamios y las vallas que impedían el paso, también mejoramos la imagen de la zona. Hecho que repercutirá positivamente en la actividad de los comercios de los alrededores”, afirma la alcaldesa Amparo Folgado, quien también subraya que “el nuevo equipo de gobierno continúa cumpliendo con el compromiso adquirido con la ciudadanía torrentina, y seguirá trabajando para mejorar su calidad de vida y atender sus necesidades”.
Asimismo, como se prevé que en esta ubicación se construya un nuevo bloque de viviendas, próximamente, de ahora en adelante se deberá realizar un seguimiento arqueológico que certifique que el proyecto respeta estos elementos y se levanta cumpliendo con este principio.