Está siendo un mal año para las empresas energéticas. En lo que va de año, estas compañías han atravesado importantes vaivenes en los mercados bursátiles que han reflejado la preocupación de los inversores por la escalada del rendimiento de los bonos, las perspectivas de las renovables en Europa o un mayor endurecimiento de la política monetaria. Sin embargo, en Deutsche Bank se mantienen positivos.
«Esperamos que al menos parte de este rendimiento inferior se invierta, impulsado por el fortalecimiento de los servicios públicos integrados. Sin embargo, la clave estará en las perspectivas de beneficios», destacan desde el banco germano. Por el momento, explican, el consenso prevé un mayor crecimiento de los beneficios para el mercado que para el sector en 2024, lo que deja al sector con un descuento de la ratio precio-beneficio (PER, por sus siglas en inglés) de apenas el 3% respecto al mercado en general. «Esto sugiere un potencial de recuperación moderado hasta la norma de paridad PER. Si empezamos a ver rebajas de consenso para el mercado, a medida que la economía se ralentiza, la subida relativa podría ser más importante», apuntan.
En general, explican los estrategas del banco alemán, las perspectivas de las energías renovables son «sólidas»… pero solo en el caso de las ‘utilities’ integradas. «Las energías renovables puras han tenido un rendimiento muy inferior al del sector este año. El aumento del rendimiento de los bonos es negativo para el valor de los activos existentes, y las perspectivas del ‘offshore’ estadounidense son claramente difíciles. Sin embargo, añadir energías renovables a la generación de electricidad sigue siendo una forma relativamente barata y sencilla de avanzar en la transición energética«, explican.
«Fuera del sector ‘offshore’ estadounidense, nos sorprendería que el ritmo de incorporación de renovables se ralentizara notablemente, mientras que los nuevos acuerdos de compra deberían aumentar para tener en cuenta los costes más elevados. Este es el principal motivo por el que no hemos realizado compras en este sector. En su lugar, hemos preferido las ‘utilities’ integradas, muchas de las cuales registran un fuerte crecimiento de las renovables, donde la creación de valor no se ha puesto en precio», sentencian.
En consecuencia, DB ha recortado el precio medio objetivo del sector en un 7%, reflejando así «un mayor coste de los fondos propios (8,7% frente a 8,4%) y unas hipótesis de creación de valor a largo plazo más conservadoras para los gasoductos renovables». Sin embargo, estos analistas sí han encontrado algunas apuestas ganadoras dentro de las ya mencionadas ‘utilities’ integradas.
RWE, ENEL, E.ON… CABALLOS GANADORES
Los expertos de Deutsche Bank señalan que sus apuestas en el sector ofrecen «atractivos argumentos de inversión». De sus selecciones, los estrategas del banco germano destacan que la mayoría cuentan con «múltiplos de valoración atractivos», ya que cotizan a 8-10 veces el PER previsto en 2024; una combinación de activos «bien alineada con la transición energética»; y múltiples catalizadores para estas acciones.
Al que señalan como su valor favorito es a RWE, un valor considerado «convincente» por estos estrategas. DB otorga a la compañía germana una clara recomendación de ‘compra’, aunque rebaja su precio objetivo hasta los 51 euros desde los 52 anteriores, lo que dibuja un potencial alcista de más del 50%. Según estos expertos, el Día del Inversor que celebrarán el próximo 28 de noviembre debería ser un catalizador «importante» para el valor, ya que «proporcionará orientación sobre beneficios y pérdidas hasta 2030».
«A corto plazo, entre 2024 y 2026,vemos una subida de los beneficios de entre el 10% y el 35% de las estimaciones. Somos más optimistas sobre las perspectivas para la mayoría de los segmentos en comparación con el consenso, en particular Suministro y Comercio y Lignito. Esperamos que las nuevas previsiones de RWE demuestren que las expectativas del mercado están al alza», señalan.
Asimismo, estos expertos explican que, dado que RWE tiene «un historial de ser conservador y cumplir las previsiones», el mercado «dará a RWE más crédito que a otros, si esto ocurre». «La evolución favorable de un mercado/mecanismo de capacidad alemán de estructura similar al mercado de capacidad británico también podría ser positiva. En comparación con sus homólogos en el sector de las energías renovables (Orsted, EDPR y Acciona Energía), RWE no ha tenido problemas operativos en su programa de energías renovables. Como RWE tiene menos historial que los demás, se trata de un éxito notable», agregan.
Asimismo, DB cree que, aunque RWE no es «un valor tan atractivo para el crecimiento a largo plazo de las energías renovables como lo es para otros», hay otros factores que apoyan a este valor. «En todas nuestras valoraciones de las renovables tenemos en cuenta los activos existentes, los proyectos a corto plazo y los proyectos a largo plazo. En el caso de RWE, si eliminamos el gasoducto a largo plazo, nuestra valoración cae de 51 euros/acción a 47 euros, lo que supone un importante aumento del precio actual de la acción. Por el contrario, si hacemos el mismo ejercicio en EDPR, nuestra valoración cae de 16 euros/acción a 10 euros/, lo que deja una notable desventaja en el precio actual de la acción. Por lo tanto, aunque el 60% del valor empresarial (VE) de RWE se debe a las energías renovables, tiene un valor significativo en otros sectores«, sentencian estos analistas.
Por otro lado, DB también ve con buenos ojos a Enel, a cuyos títulos otorgan una recomendación de ‘compra’ y un precio objetivo de 7 euros. Esta valoración supone un potencial alcista del 22% para la firma italiana, cuyo precio han recortado 30 céntimos a pesar de ser «uno de los valores más rentables del sector» en 2023 y de ver margen para nuevas subidas. Cabe señalar que la compañía celebrará su Día del Inversor el próximo 22 de noviembre.
«Vemos dos motivos principales para que la empresa eleve sus previsiones de beneficios a medio plazo. En primer lugar, la eliminación del límite de precios en Italia es un factor positivo. En segundo lugar, esperamos que la empresa vuelva a centrarse en la reducción de costes. Cada uno de estos factores por separado podría suponer más de un 10% en los beneficios, aunque nuestras previsiones de beneficios actuales sólo tienen en cuenta parcialmente la subida derivada de la eliminación del límite de precios en Italia, y excluyen la reducción de costes», explican.
En consecuencia, DB prevé un beneficio por acción para 2024 de 71 céntimos frente a una orientación de 66 céntimos, y para 2025 de 73 céntimos frente a una orientación de 69 céntimos. Asimismo, según sus estimaciones, el valor cotiza a 8 veces el PER estimado en 2024, con una rentabilidad del 7,5%.
«Es probable que la CMD se centre en otras áreas, aunque creemos que también podrían considerarse positivas. Esperamos que la empresa reitere sus objetivos de desinversiones significativas. El nuevo CEO, Flavio Cattaneo, ha afirmado que la empresa podría invertir más en Italia», añaden. En este sentido, se especula con la posibilidad de que la empresa invierta más en redes y DB considera que «será interesante ver el mensaje sobre las energías renovables… aunque al haber evitado por completo el ‘offshore’, la empresa parece relativamente bien posicionada«.
De igual modo, y a pesar de rebajar su precio objetivo en 2,5 libras hasta las 19 actuales (potencial de +20%), SSE también es una ‘compra’ para la firma germana. Estos expertos creen que la compañía escocesa es «una de las mayores anomalías bursátiles de este año». «A pesar de una presentación muy optimista de los resultados del año fiscal, el valor ha tenido un rendimiento inferior al esperado, siendo especialmente negativo en los resultados sin dividendos. El resultado es que el valor, que históricamente ha cotizado con un múltiplo sectorial, ahora lo hace con un descuento significativo de sólo 9 veces», apuntan. Algo extraño, indican, dados sus puntos fuertes como la «buena» combinación de energías renovables y gas o su sólido balance.
Asimismo, Deutsche reconoce el potencial de Engie, a cuyos títulos otorgan un precio objetivo de 16,5 euros y una recomendación de ‘comprar’ para un escenario alcista del 12%. Según estos expertos, las acciones cotizan a un PER bajo, «aunque creemos que los inversores considerarán cada vez más 2026 como un año normal (excluida la energía nuclear)». «En sus resultados anuales de marzo, el equipo directivo se referirá a los beneficios de 2026. En 2026, el valor cotiza a 9,5 veces el PER, con una rentabilidad del 7%. Esto parece atractivo, aunque creemos que las previsiones de Engie deben apuntar al alza con respecto a nuestras estimaciones para que la acción suba«, explican.
«Una vía a través de la cual esto podría venir es el retorno regulatorio francés. El regulador francés está considerando pasar de una rentabilidad real a una nominal. De ser así, esto debería ser neutral para el valor, aunque podría añadir en torno a un 10% a los beneficios del grupo», agregan.
Por último, los expertos de Deutsche Bank también han reiterado su confianza y su consejo de ‘comprar’ E.ON, aunque bajen su precio objetivo hasta las 12,5 libras esterlinas (potencial de +14%). La moderación de la crisis energética y los buenos resultados de la venta minorista, señalan, han disipado las preocupaciones sobre el negocio de soluciones para clientes, al tiempo que los avances en el marco regulatorio alemán han servido de apoyo para el valor.
Así, DB espera que la firma británica vuelva a mejorar sus previsiones para 2023, aunque el acontecimiento clave será la actualización del plan de negocio en los resultados anuales de marzo. «Esto debería mostrar un fuerte crecimiento de la base de activos reguladoss, que podría alcanzar porcentajes anuales de un dígito. También creemos que la empresa mejorará sus previsiones a medio plazo entre un 10 y un 15%«, concluyen.