António Guterres, el secretario general de la ONU, tiene previsto desplazarse este viernes hasta el paso de Rafah, el único punto fronterizo al sur de la Franja de Gaza. El sitio no es casual. Por allí es donde se espera que entren los camiones con ayuda humanitaria que se han ido almacenando en la ciudad egipcia de Al Arish y que la población gazatí necesita desesperadamente. El anuncio de la operación, fruto de un acuerdo con Israel y el Gobierno del egipcio Abdelfatá al Sisi, y que, de llevarse a cabo, se iniciará como muy pronto este viernes, es el primer gesto de distensión desde el estallido de la actual guerra palestino-israelí.

El gesto, aun siendo una buena noticia, es también de momento solo una gota en medio de un océano. De hecho, 20 camiones con ayuda humanitaria son los que se prevé que crucen esa frontera, según adelantó el presidente estadounidense, Joe Biden. Pero Gaza necesita al menos 100 diarios en estos momentos, según ha explicado el jefe de ayuda humanitaria de la ONU, Martin Griffiths.

En estas circunstancias, el propio Guterres ha dejado claro que considera esta ayuda insuficiente. «Lo que se requiere no es una pequeña operación [para entregar comida y medicamentos en Gaza], sino un esfuerzo duradero […]. Los equipos de ayuda humanitaria deben poder introducir ayuda y deben poder distribuirla de forma segura«, ha puntualizado el secretario general de la ONU durante una rueda de prensa en El Cairo celebrada este jueves junto con el egipcio Al Sisi, al que Guterres agradeció la colaboración.

En Gaza, «se están propagando las enfermedades, los suministros se están agotando, la gente está muriendo«, ha subrayado. Los palestinos tienen «quejas legítimas y profundas después de 56 años de ocupación», ha añadido Guterres. Sin embargo, todo ello «no justifica ataques terroristas [contra Israel]», ha matizado, en un encuentro en el que también se ha anunciado que el sábado El Cairo celebrará una cumbre internacional sobre la crisis de Gaza que contará con la presencia de Guterres, así como el presidente en funciones de España, Pedro Sánchez, y el responsable de política exterior de la Unión Europea, Josep Borrell.

Incógnitas

Las condiciones de la misión humanitaria no están del todo claras ni son abiertamente públicas. De acuerdo con una información de Reuters, Egipto empezó ya este jueves a reparar la carretera que conduce al paso fronterizo de Rafah, que conecta la península del Sinaí con la Franja de Gaza y que estaba dañado. Además, otra fuente del Programa Mundial de Alimentos (PMA) explicó a El Periódico, del grupo Prensa Ibérica, que los suministros entrarán en Gaza gracias a una operación coordinada entre distintas organizaciones internacionales y actores locales. 

El plan es que «la Medialuna Roja egipcia ayude a transportar los suministros alimentaria a través de la frontera, donde tendrá que ser inspeccionada y entregada a nuestro persona [del PMA] en Gaza», explicó la fuente. «Pero el personal del PMA y todos los trabajadores humanitarios no cruzarán por ahora [el paso de Rafah, hacia Gaza], solo [está previsto que lo hagan] los chóferes [de los camiones humanitarios]», añadió el funcionario de la ONU al subrayar que no se excluye que surjan imprevistos. «Como se sabe, todo es muy fluido«, afirmó. 

La ayuda ha sido donada por diversas entidades y países —entre ellos, Jordania, Turquía y Emiratos Árabes— y ha llegado a Egipto por el aeropuerto de El Arish, que normalmente usan los palestinos para sus viajes a La Meca en ocasión del peregrinaje del Hajj. De ahí fueron trasladados en alrededor de 100 camiones a menos de un kilómetro de la frontera con Gaza. Entre el material humanitario: tiendas de campaña, mantas, medicamentos quirúrgicos y de traumatología, productos de higiene femenina, agua embotellada, 22 toneladas de alimentos y gasolina. Un bien, este, fundamental en Gaza pues allí sin él no pueden funcionar la planta de desalinización ni las estaciones de bombeo de agua.

Catástrofe

La lista de necesidades de la población gazatí es enorme y la amenaza es la de una catástrofe humanitaria, en palabras de la propia ONU. Solo en cuanto a situación alimentaria, a gran parte de las tiendas de alimentos de Gaza solo les queda menos de una semana de suministros, algunas incluso han sido alcanzadas por los bombardeos y las existencias de alimentos básicos del PMA solo son suficientes para dos semanas y están en sitios de difícil acceso.

Además de ello, escasea el agua y las personas han empezado a consumir agua insalubre extraída de pozos agrícolas. De igual forma, los hospitales están al borde del colapso y la población sobrevive bajo un corte total de la electricidad desde el 11 de octubre, según el último informe de OCHA, la agencia de la ONU para los Asuntos Humanitarios. En este escenario, las incógnitas sobre la iniciativa son infinitas, más aún cuando el propio presidente estadounidense, Biden, ha dicho que el acuerdo fue pactado con Egipto e Israel pero se suspenderá si Hamás intercepta los cargamentos.