La política exterior cobra protagonismo en las negociaciones de investidura de Pedro Sánchez. El estallido del conflicto en Israel y la Franja de Gaza ha aterrizado en la política nacional para espolear el acuerdo entre los principales socios de Gobierno, después de que Sumar haya reclamado incluir en el pacto el reconocimiento inmediato del estado de Palestina. Un elemento que añade distancia entre los socios de coalición y que aleja sus posiciones, ante las reticencias de los socialistas a adherirse a las tesis de Yolanda Díaz.
El partido de Díaz ha planteado el reconocimiento «unilateral, inmediato e incondicional» del estado palestino como una «exigencia» para alcanzar el acuerdo. Pedro Sánchez respondió uniéndose a la petición de reconocer a Palestina como estado, pero Sumar lo considera claramente insuficiente. Porque en este asunto, especialmente sensible para la izquierda, el diablo está en los detalles.
La referencia a la que aluden los socialistas es la declaración que se aprobó en el Congreso en 2014, durante el Gobierno de Mariano Rajoy y con los votos de PP y PSOE, en la que se reclamaba este reconocimiento, pero en consonancia con un acuerdo global dentro de la Unión Europea y con el propio Israel. Y de ahí, señalan fuentes próximas a la negociación, el socio mayoritario de Gobierno no quiere moverse.
Límites al acuerdo
En materia de política de exterior, los socialistas ponen límites al acuerdo programático por su celo a que estas posiciones las determina directamente el presidente del Gobierno, a través del ministerio del ramo. En el acuerdo programático firmado con Unidas Podemos en 2019, la parte referente a política exterior se limitó a medidas genéricas en política europea. El hecho de que España esté en el ecuador de la presidencia de turno del Consejo Europeo tampoco ayuda a mantener posiciones que vayan más allá de las consensuadas entre los Estados miembros. El papel durante la presidencia de turno se centra en ordenar los debates y tratar de buscar puntos de encuentro.
A ocho meses de las elecciones europeas, los socialistas tampoco quieren trascender en el acuerdo de gobierno con Sumar el marco programático con el que se presenten. En 2018, sus límites se situaron en impulsar “la solución de los dos Estados entre Israel y Palestina, -basada en las fronteras de 1967, y con la capitalidad compartida de Jerusalén-, promoviendo el reconocimiento de este último entre los Estados miembros”. La solución de los dos Estados, como se vuelve a repetir ahora, se defendía como “la única vía para garantizar una paz justa, global y duradera entre israelíes y palestinos; con un Estado de Israel seguro y un Estado de Palestina independiente, democrático, contiguo y viable”.
Los socialistas aterrizaron este miércoles otra serie de medidas genéricas centradas en política europea. Se trata de la consecución de los objetivos del Pacto Verde europeo, “sobre el que debe asentarse la estrategia para el desarrollo económico y social de Europa” o el cumplimiento del acuerdo de París. Medidas que se pusieron sobre la mesa en la ronda de contactos para la investidura con representantes de la sociedad civil.
La intención del equipo negociador del PSOE, que lidera la vicesecretaria general y ministra de Hacienda en funciones, María Jesús Montero, pasa además por no concretar demasiado las medidas del programa de gobierno. La compleja aritmética parlamentaria salida de las urnas, que obliga a contar con el apoyo de los socios potenciales en todas las votaciones, refuerza la necesidad de desarrollar un programa para la legislatura que no comprometa ningún apoyo.
Sumar pide más
El conflicto entre Palestina e Israel está generando división entre los socios de coalición, pero se insiste desde la Moncloa en que la posición la marca Exteriores. “Los responsables políticos expresan sus opiniones”, asumen desde la parte socialista del Ejecutivo para insistir en que la posición respecto al conflicto en Oriente Próximo “la tenemos clara y explicitada”. Para limar diferencias, el ministro Albares está en contacto con la vicepresidenta segunda en funciones y líder de Sumar, Yolanda Díaz. Desde el entorno del ministro aseguran que “hay sintonía” en términos generales, aunque reconociendo diferentes matices.
En Sumar no se conforman con la posición adoptada hasta ahora por Pedro Sánchez y aseguran que este punto del acuerdo se ha convertido en una «prioridad«, y aunque evitan situarlo como una línea roja sí se muestran firmes en su intención de que esta postura «condicione» el acuerdo. En los últimos días vienen insistiendo en la necesidad de que este reconocimiento se refleje en el acuerdo de Gobierno, a diferencia del pacto de 2019, y será una de las principales exigencias que pondrán sobre la mesa. La referencia a Palestina deberá estar presente en el documento aunque la batalla estará en el nivel de concreción al que se llegue en este reconocimiento.
Los de Yolanda Díaz creen que Sánchez tiene dos opciones, «liderar la posición en la Unión Europea», tal como ha hecho Suecia, que reconoció de manera individual al estado de Palestina, o quedarse «a la espera de una posición común que no va a llegar» entre todos los estados miembros, donde las resistencia de cualquiera de los 27 estados podría dificultar el acuerdo.
Podemos busca protagonismo
Además de los equipos negociadores de Sumar y PSOE, un tercer actor presiona por que haya más movimientos: Podemos. El partido de Ione Belarra ha buscado protagonismo estos días planteando distintas peticiones a Pedro Sánchez, desde llevar a Netanyahu a la Corte Penal Internacional a imponer medidas a Israel como el embargo de armas, sanciones económicas o suspender las relaciones internacionales. Una advertencia que Belarra no ha dudado en expresar a título de miembro del Gobierno, pese a la desautorización del ministro de Exteriores, y con la que juegan también en las negociaciones de investidura para asegurar sus cinco votos.
El portavoz extraoficial del partido y presidente de su fundación, Pablo Iglesias, lo advertía este miércoles: «El presidente en funciones debería recordar que, para ser investido, tendrá que negociar las líneas de su política exterior con las fuerzas de las que depende«, señalaba en redes el exvicepresidente del Gobierno, que en los últimos meses viene adelantando las posturas que después acaba tomando Podemos.